Comienzan en varias provincias las vacaciones de invierno y con ello los traslados a distintos puntos del país.
Viernes 19 de julio de 2019.
Como cada año, en vacaciones de invierno muchos argentinos deciden trasladarse hacia los circuitos turísticos del país, entonces, se encontrarán con rutas que en estos últimos años se convirtieron definitivamente en autovías o autopistas, que tienen como característica principal evitar los pasos a nivel, es decir, que ningún auto, camión, colectivo o ferrocarril se nos cruce en nuestro tranquilo circular; tienen la calzada dividida, en lugar de línea doble amarilla (que separa los sentidos de circulación), existe algún tipo de división física, desde un muro, hasta zonas de arbustos.
Lo que se busca con las autovías es justamente evitar el impacto frontal entre un vehículo que va para un lado y otro que viene en sentido contrario. Los que trabajamos en prevención vial, sabemos que, ante un impacto frontal en ruta, las consecuencias son de tremendas para arriba.
Pero sucede que no todas las rutas argentinas tienen esta configuración. Existen muchas aún que son de ida y vuelta, angostas, con banquinas lamentables, magra o nula señalización, entonces, con poco margen de tiempo y espacio, un error puede ser lo último que hagamos.
Es interesante entonces no sumar riesgos que sean innecesarios a esa ruta que no disculpará nuestra equivocación ¿Cómo? Pensemos. Matemáticamente a 110 km/hora, que es la velocidad permitida en zona rural (en ruta), en 1 segundo, recorro 30 metros.
¿Cuánto tiempo se tarda en cambiar de radio o en darte vuelta para ver si los chicos están bien? ¿En escuchar un mensaje de WhatsApp o colocar un destino en el mapa del celular? Bien, en esos pocos segundos recorriste una cuadra totalmente a ciegas. Eso es lo que debemos entender si queremos ser seres serios al volante, porque el auto podrá tener frenos ABS, airbag y control de estabilidad, pero, si te cruzás de carril por distraerte, o no ves un animal que te sorprende en el camino, no hay margen para volantear.
Argentina cuenta con 41.000 kilómetros de rutas nacionales y 200 mil provinciales y la realidad es que no se ven controles sistemáticos, ni humanos ni automáticos; por eso, mientras no haya un Estado presente que sea más exigente y claro con una política pública que contribuya a mejorar la seguridad vial y reducir la siniestralidad, lamentablemente, esto va a seguir sucediendo.
Por eso, las tragedias nos sorprenden más de una vez a la semana, abuelos que viajan de excursión, niños que van a jugar un campeonato, o familias de vacaciones. Suceden a lo largo del país, aunque no todas salgan en la tapa de los diarios nacionales. Así las cosas, necesitamos ser responsables para mejorar el entorno vial.
Para finalizar, niños: siempre atrás y bien sujetados, en su Sistema de Retención Infantil (SRI), hasta que superen el metro y medio de estatura. Durante el primer año se los traslada en lo que conocemos como «huevito», mirando hacia atrás, porque su cabeza es pesada y no tiene los músculos cervicales desarrollados como para sostenerla ante una frenada brusca; si tiene más de un año en el SRI de grupo 1 que va ajustado al vehículo y posee un cinturón para asegurar al niño; los SRI de grupo 2/3 adaptan a niños de más de 4 años a la contextura física de un adulto, de manera que el cinturón de seguridad le pase correctamente por clavícula (el hombro), tórax (el pecho) y cadera.
Todos los ocupantes deben usar cinturón de seguridad; mascotas u objetos también deben ir bien sujetos al vehículo. Revisá el auto y los documentos con tiempo. Y, por último, regulá el apoyacabeza a la altura de los ojos y disfrutá del paisaje que ahí es donde comienzan las vacaciones.
Escribe: AXEL DELL´OLIO Lic en Prevención y Seguridad Vial.