Viernes 30 de junio de 2017.
La propuesta de la diputada macrista Paula Urroz, que deja abierta la posibilidad de no vacunarse, cosechó críticas incluso de la ministra de Salud provincial, Zulma Ortiz, para quien la decisión puede marcar la diferencia “entre la vida y la muerte”
En 1956, una epidemia de poliomielitis mató a 6.000 argentinos. En 1998, el país asistió a la última muerte por sarampión. Entonces no había vacunas disponibles como las que existen hoy para combatir esas enfermedades, que tenían a los niños como blanco principal.
Mucho tiempo después, una sombra del pánico de aquellos años volvió con la presentación del proyecto de ley “antivacunas” elaborado por la diputada de Unión PRO por la Provincia de Buenos Aires Paula Urroz, quien plantea eliminar la obligatoriedad de la vacunación. La medida, exportada desde Estados Unidos y países de Europa, ha provocado en distintas partes del mundo la reaparición de enfermedades casi erradicadas como la tos convulsa, la rubeola, la varicela o el mismo sarampión, que a nivel global mata a 400.000 personas.
La preocupación llegó a tal punto que la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió un alerta y, en la Argentina, la comunidad científica en pleno salió a cruzar la propuesta con la que Urroz postula que los médicos dejen abierta a los padres la opción de la no vacunación. Incluso la ministra de Salud de la Provincia de Buenos Aires, Zulma Ortiz, advirtió que “ser vacunado o no puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte”, sobre lo cual aportó datos de Unicef: “Las vacunas salvan la vida de 2 a 3 millones de niños por año”.
En un comunicado más amplio, la cartera que conduce Ortiz aclaró que “la salud pública es un bien de primera necesidad” y que “la inmunización mediante las vacunas ha contribuido decisivamente a su logro, previniendo e incluso erradicando enfermedades de la especie humana”. A su vez, afirmó que “la vacunación forma parte de un derecho de las personas a la protección de la salud”.
En defensa de esta intervención preventiva que puede “proteger a las personas de enfermedades muy graves”, también el subsecretario de Estrategias de Atención y Salud del Ministerio de Salud de la Nación, Jorge San Juan, criticó el proyecto de Urroz al calificarlo de “descabellado”.
En tanto, las sociedades médicas coincidieron con las autoridades sanitarias al sostener que “existe evidencia científica contundente que demuestra los beneficios de la inmunización como una de las intervenciones sanitarias más costo-eficaces y con más éxito”.
El resultado de la “indecisión”, concluyó el Ministerio de Salud provincial, “es aumentar innecesariamente el período de exposición al riesgo de contraer una enfermedad prevenible por vacunación”, un bien social colectivo que, desde 1983, en el país es obligatorio y gratuito.
“Inmunizar es la mejor opción para cuidar a niños y adultos”
Siempre que puede, la doctora Marita Marini, profesora de Pediatría de la UNLP, recuerda la tragedia que la llevó a optar por su profesión: cursando en el Hospital Sor María Ludovica, vio morir a una niña por tos convulsa, enfermedad que se previene con una vacuna. “Entonces tomé ese hecho como bandera, porque yo, que había ingresado a la carrera preocupada por evitar todo lo que pudiera ser evitable, en ese momento sentí que asistía al fracaso de la Medicina”, evocó.
Encendida la llama de la polémica, Marini sostuvo ante diario Hoy que “la vacunación es una de las acciones mas importantes que han permitido en el mundo el descenso de la mortalidad infantil”, y agregó: “Es la mejor opción para cuidar la vida de niños y adultos”.
“Ver morir a un niño por una enfermedad que se pudo evitar con la vacunación es un dolor profundo para el pediatra”, concluyó.
Fuente: Diario Hoy