Martes 7 de marzo de 2017.
Celebrado por primera vez en Argentina y adoptado por varios países, el Día del Campo pone de manifiesto la importancia del medio rural para el bienestar social, ambiental y económico de toda nación.
Del latín campus y de amplio significado, la palabra “campo” engloba de manera general el espacio físico que alberga las distintas tierras, ecosistemas y agroecosistemas, poblaciones rurales y formas de vida agrarias en contraposición con lo urbano.
Las modificaciones realizadas en el medio rural durante el pasado siglo han contribuido a obtener ciertos beneficios en pro del bienestar humano y del desarrollo económico, pero también han supuesto una grave degradación de recursos y ecosistemas, una fuerte erosión cultural y una pérdida de valores fundamentales que comprometen la identidad y las oportunidades de nuestras generaciones futuras.
diadelcampo
Habitualmente, la importancia del campo se asocia a volúmenes de producción de alimentos y materias primas. Esta visión meramente productiva y reduccionista pone en riesgo el equilibrio de los sistemas rurales y el resto de servicios que prestan a la sociedad. La regulación del ciclo hidrológico, el mantenimiento de la composición de gases de la atmósfera, la conservación de la biodiversidad, la protección del suelo o la belleza escénica de paisajes son algunos servicios ambientales o ecosistémicos que también nos brinda el medio rural, a menudo obviados por el simple hecho de no contar con un valor monetario. Por ello, es necesario recordar en este día el concepto de multifuncionalidad del campo, que parece que todavía no ha calado suficientemente en la población rural y urbana.
En España, el Día del Campo quiere ser altavoz de un Desarrollo Rural sostenible, que devuelva ese valor natural y cultural, tangible e intangible, de las actividades tradicionales fruto de la interacción ser humano-naturaleza, que han modelado el paisaje que hoy conocemos. Pero sin mucha nostalgia del pasado, que nunca volverá, y suficientemente abiertos a nuevas incorporaciones del conocimiento científico y tecnológico que respeten la coherencia ecológica de cada territorio integrándose con naturalidad.
Además de los poderes públicos, la sociedad civil juega un papel fundamental en la conservación de ciertos valores naturales, culturales y paisajísticos. Prueba de ello son las iniciativas de Custodia del Territorio en España, o el Pago por Servicios Ambientales (PSA) en países de América Latina, que, sin duda alguna, en su amplia mayoría se desarrollan en el campo.
Por último, señalar la importancia que tiene la naturaleza en la salud del ser humano, tanto física como mental. En un mundo cada vez más urbano, el contacto con el campo es vital para prevenir y curar las enfermedades que un ambiente excesiva e innecesariamente artificializado ocasiona.