Miércoles 19 de octubre de 2016.
La vaca nos da la leche, el dulce de leche y la manteca que le ponemos al pan. Pero el demonio de Tasmania guarda el más poderoso antibiótico.
El demonio de Tasmania (Sarcophilus harrisii) es una especie de marsupial que habita la isla de Tasmania cuya leche podría ser un arma definitiva en nuestro combate contra las superbacterias. Según un estudio de un equipo de investigadores de la Universidad de Sídney (Australia), esta leche alberga unos péptidos (moléculas formadas por la unión de varios aminoácidos) antimicrobianos que pueden neutralizar algunas de las infecciones bacterianas y fúngicas más letales.
Estas capacidades han sido replicadas en laboratorio tras escanear su genoma, lo que ha permitido obtener de forma artificial estos péptidos antimicrobianos. Esta leche incluso es capaz de acabar con el Staphylococcus aureus, que es resistente a la meticilina. Staphylococcus aureus es una bacteria potencialmente mortal que el 30% de las personas lleva en la nariz o en la piel. Normalmente es inofensiva, pero si entra en el torrente sanguíneo a través de una herida, puede causar la muerte. El otro patógeno humano problemático con el que fue probada esta solución fue el Enterococcus, que es resistente al antibiótico vancomicina.
Los péptidos lácteos del demonio de Tasmania provienen de una familia de antibióticos llamados catelicidinas, que actúan como antibióticos naturales. Todos los animales tienen, pero los demonios tienen seis variedades, mientras que los humanos sólo uno. No en vano, recientemente también se usó leche materna humana para reducir significativamente la resistencia a los antibióticos desarrollada por algunos patógenos causantes de neumonías graves y otras infecciones difíciles de tratar.
Los marsupiales también llevan un número diverso de péptidos antimicrobianos que ayudan a bebés canguros marsupiales a luchar contra cualquier ataque bacteriano o fúngico experimentado mientras se están desarrollando en la bolsa, que no es precisamente un ambiente estéril. Un estudio de 2015 encontró que había una amplia gama de bacterias que viven en el microbioma de la bolsa del demonio de Tasmania.
Las propiedades de esta leche pueden neutralizar las infecciones y los hongos más letales.
Las cucarachas tienen lo suyo.
A la leche de cucaracha se la conoce como el alimento del futuro porque tiene cristales de proteínas que son tres veces más ricos en energía que los de los mamíferos. Además, es rica en grasas, azúcares y diferentes tipos de aminoácidos. Lo que se dice, el alimento ideal.