El derrumbe de la moneda brasileña de los últimos días, con un "blue" argentino que no para de bajar, hace que los costos para hacer turismo en el país vecino sean más bajos y potencia la demanda.
Comenzó noviembre y se ingresa en la recta final para quienes están decidiendo las vacaciones para el próximo verano.
En una Argentina con una economía tan cambiante, el sector turístico es uno de los primeros en adaptarse la los diferentes escenarios.
El mercado emisivo está atravesando una fuerte recuperación desde hace meses. Mientras que hasta el fin del año pasado el turismo receptivo era noticia por efecto de un dólar alto que hacía que pocos argentinos pudieran viajar al exterior, la tendencia hoy va en sentido inverso.
Después del golpe económico que provocó la devaluación de diciembre, el mercado se comporta diferente. Por un lado, los costos internos en turismo quedaron muy altos. La inercia de un 2023 con la llegada de turistas del exterior hizo pensar a los operadores locales que podían "dolarizar" sus precios.
Por otro, el dólar oficial viene ajustándose a un nivel de 2% mensual, muy por debajo de la inflación. En tanto, el dólar blue no para de bajar y los ingresos de muchos argentinos fueron recuperándose medidos en dólares.
Con este escenario, los argentinos que tienen posibilidades de viajar empezaron a hacer cuentas y, rápidamente, comprobaron que los costos de hoteles, gastronomía, pasajes y otros servicios fuera del país ya no resultaban superiores a los del mercado interno.
Este giro se está viendo reflejado en las estadísticas de movimiento aéreo al exterior que difunde ANAC. Según este informe, en septiembre creció 6,4% la cantidad de pasajeros transportados en el segmento internacional y consolida el crecimiento en la actividad que se viene dando desde comienzos de año.
El mes pasado se transportaron 1.057.000 pasajeros. Si se toma el acumulado de los primeros nueve meses del 2024, el crecimiento respecto a 2023 es de 14%. Con este crecimiento, 2024 cerrará por arriba de del 2023 y se convertirá en el mejor de los últimos cinco años en cuanto a actividad aérea al exterior. Hay que remontarse hasta 2019 para encontrar un año mejor.
Desde las agencias de turismo, ratifican que la demanda viene sostenida desde hace varios meses y el nivel de reservas para viajar en lo que resta del año y el primer semestre del 2025.
La ventaja de comprar con anticipación se refleja en los precios ya que, a medida que se acorta la fecha para viajar, las tarifas son más altas. Los destinos elegidos son los más clásicos para los turistas argentinos. Van desde distintos países de Europa, Estados Unidos (en especial Disney), el Caribe (Cuba, Punta Cana y Cancún) y, especialmente, Brasil.
Este último destino es el más elegido por los argentinos que piensan veranear en el exterior. Según las agencias de viajes, la demanda para volar al país vecino se duplicó en los últimos meses, pero esperan que en las próximas semanas crezca aún más como consecuencia de la situación cambiaria en el socio del Mercosur.
Si bien a lo largo del año se viene produciendo este fenómeno, en los últimos días de octubre se profundizó y esto está generando un impulso adicional a la demanda para viajar a Brasil.
La moneda brasileña viene depreciándose desde comienzos de año, pero la pérdida de valor se aceleró en los últimos días.
El dólar se ubicó cerca de los 6 reales y alcanzó el pico más alto del año y está cerca de su récord histórico que se produjo en 2020 por efecto de la pandemia.
El viernes cerró a 5.87 mientras que a comienzos de año se ubicaba en 4,80.
Mientras esto sucede con la moneda del país vecino, el peso argentino no deja de fortalecerse. Si bien el dólar oficial se viene ajustando mes a mes a un ritmo del 2%, el “blue” se derrumbó desde los $1.500 de julio a menos de $1.200 el viernes pasado.
Esto quiere decir que, no sólo la apreciación del peso hace que sea más barato viajar al exterior, sino que a la vez Brasil se está haciendo más accesible para los argentinos que viajen en los próximos meses.
Teniendo en cuenta que la economía brasileña no reacciona con la rapidez que lo hace la argentina a los vaivenes cambiarios, los precios internos no se ajustan de la misma manera.
Viajar a Brasil con dólares en mano y pagar en reales todo lo que se pueda será un excelente negocio para los argentinos.
En las agencias de turismo y las compañías aéreas que vuelan entre los dos países reconocen la mayor demanda que está produciendo por esta particularidad cambiaria.
Más si se tiene en cuenta que, a medida que baja el “blue”, se encarecen en dólares los destinos turísticos dentro del país y deja a los precios del sector en niveles muy altos.