La producción de mantas se realizó con el material donado por la gente del propio comedor, que juntaron retazos de telas y las entregaron a las autoridades de la Unidad 52 de Azul.
En el taller de costura de la cárcel femenina de la localidad bonaerense de Azul, mujeres privadas de libertad confeccionaron 55 mantas que fueron entregadas al comedor popular “Manos Unidas” de la localidad de Tandil.
El emprendimiento solidario se desarrolló en la Unidad 52 del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) y contó con el apoyo del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, conducido por Juan Martín Mena.
La producción de mantas se realizó con el material donado por la gente del propio comedor, que juntaron retazos de telas y las entregaron a las autoridades de la Unidad 52 para que las privadas de libertad las confeccionen en el taller de costura.
“Aprenden el oficio”
El comedor popular “Manos Unidas” funciona en la ciudad de Tandil desde hace más de un año y medio, y la encargada e impulsora de este espacio popular se llama María Belén Otero.
Otero, que recibió las mantas, explicó cómo se vincularon con la cárcel: “Esta relación comenzó hace unos meses, nos acercamos a hablar con las autoridades del penal para poder realizar un convenio donde las dos instituciones puedan beneficiarse. De esta forma nosotros ayudamos a las muchachas que con el material que le acercamos, aprenden el oficio y ellas nos ayudan a que mucha de la gente necesitada del pueblo pueda estar abrigada”.
Las mantas donadas desde la Unidad 52 serán entregadas a los niños del comedor y la gente en situación de calle que las necesite. Y se aclaró que esta es la primera entrega del año, pero que está prevista una segunda con una cantidad mayor.
Otero se mostró muy agradecida con las autoridades de la cárcel y con las internas que pusieron la mano de obra “ayudarnos en un momento tan difícil de país hará que todos podamos estar mejor, todos somos necesarios”.
Compromiso
La directora de la Unidad 52, Amalia Vidal, fue la encargada de entregar las mantas a María Belén y se mostró muy satisfecha con la producción realizada por las internas, comprometiéndose a seguir colaborando con instituciones de la ciudad, logrando un intercambio institucional que beneficia y engrandece el trabajo realizado en el penal.
El comedor funciona en un SUM, donde todos los miércoles 45 niños comen y los viernes hay una olla popular donde asisten toda la gente en situación de calle de la ciudad de Tandil. A su vez Belén ofrece las instalaciones de este lugar para que madres solteras puedan cocinar y de esta forma vender la producción y darles de comer a sus hijos.