Hace tres meses, a Juan Manuel Piñeiro su excuñado intentó asesinarlo mientras conducía su camioneta con su pequeño hijo en el asiento trasero. La historia en sus palabras.
Juan Manuel Piñeiro es un piloto de carreras profesional y empresario. Relató a corazón abierto partes del entramado del infierno que vive desde que se separó de su expareja.
Hace tres meses, mientras conducía su camioneta con su hijo de siete años, uno de sus ex cuñados, intentó asesinarlo. La causa fue caratulada como “daños” y la lleva adelante la Fiscalía Número Uno de San Justo, especializada en tratar temas sobre violencia de género.
La escena parece sacada de una película de acción. Piñeiro relata. “El 1 de febrero me dirijo de zona norte, donde vivo, hacia San Justo con mi hijo. Llego a lo de un amigo, le muestro mi camioneta, etcétera. Cuando emprendo la vuelta, a las cinco/seis cuadras siento un golpe fuertísimo y luego otro. Veo que es mi cuñado y por la interna familiar atiné a irme. En cualquier otro caso, iba a bajar. Me fui a la Comisaría mientras me perseguían. Fueron 40 cuadras manejando, llamando al 911, calmando a mi hijo que ya entiende lo que pasa. Fue una persecución de película. 20 cuadras antes de la Comisaría, se pone adelante mío y me apunto con un arma. Doblé de golpe y aceleré para llegar a la Comisaría”, explicó.
“En la Comisaría nos toman declaración. A él primero y se va como si nada. Y en la carátula ponen ‘Daños’, cuando claramente fue tentativa de doble homicidio. Podría hablar pasado cualquier cosa. Podríamos haber muerto nosotros o cualquier otra persona”, narra indignado el piloto sobre lo sucedido en la Fiscalía. “Por ser un conflicto de género lo mandan a una unidad de género, cuando claramente esto ya es otra cosa. Son personajes pesados. No muestran un arma por mostrarla”, sentencia sobre lo sucedido y a los personajes a los que la situación lo enfrenta.
La denuncia se radicó ese mismo día en la Comisaría La Matanza Distrital Oeste Tercera de Villa Luzuriaga. Tres meses después, Piñeiro es brutalmente honesto sobre el presente de la causa y sus sensaciones: “La fiscalía está muy parada y no pide nada a tres meses de lo sucedido. Mínimo que lo llamen a declarar. A mí si me hicieron ir a declarar. Tengo miedo. Me siento que no estoy tan lejos que a mi hijo le pase algo como que le pasó a Lucio Dupuy. De hecho, sino supiera manejar me podría haber pasado el otro día. El nene tiene siete años y se da cuenta que el tío lo está chocando por 40 cuadras”.
En cuanto a su carrera automovilística, Piñeiro, que antes de que empiece esta situación competía en TC Mouras y tiene pasado en otras importantes categorías nacionales, contó a este medio su drástica decisión para continuar: “Estoy parado desde mitad del año pasado. Salir en carreras demanda mucho, entre otras cosas la salud mental. Cuando te llega una amenaza minutos antes de correr, no te podés concentrar. Me voy a ir a correr a Uruguay, donde podré concentrarme mejor. Imaginate que estás corriendo a 250 kilómetros por hora y podés lastimar a un compañero. Preferí hacer un parate y arrancar cuando esté más tranquilo”.