22 noviembre 2024

Claves para comunicar con perspectiva en violencia sexual infantil

Red por la Infancia elaboró una guía con el fin de promover coberturas periodísticas respetuosas para con las víctimas, porque un periodismo responsable y con perspectiva en niñez puede brindar las herramientas necesarias para salvar a miles de niñeces y adolescencias.

La Fundación Red por la Infancia presentó la "Guía urgente para comunicar con perspectiva en niñez", que apunta a la visibilización adecuada de la violencia sexual (y de otros tipos) en niños, niñas y adolescentes.

La presentación se realizó este martes por la mañana en la sede porteña de la Organización de Estados Iberoamericanos, con un panel de especialistas. En la mesa estuvieron presentes Paula Wachter, directora ejecutiva de Fundación Red por la Infancia; Facundo Hernández, defensor Adjunto de niños, niñas y adolescentes de la Nación, y Silvia Ongini, psiquiatra infanto juvenil y especialista en abuso sexual.

La guía está dirigida a toda aquella persona que actúe como comunicadora en algún espacio cuyo contenido se destine a la difusión, para actualizarse y mejorar la capacitación en el tema.

En la charla se dieron a conocer datos muy inquietantes: 1 de cada 5 niñas y 1 de cada 13 niños menores de 18 años es potencial víctima de abuso. Esta información se estimó en base al censo nacional del 2010, y además se calcula que hay potencialmente casi 2.000.000 de  víctimas, y que de cada 1000 casos de abuso sexual, solo 100 se denuncian y apenas UNO recibe condena.

También se abordaron dos ejes esenciales para el tratamiento de la violencia sexual infantil: evitar caer en los mitos más recurrentes y, en su lugar, brindar herramientas e información que sea útil para saber qué hacer ante la situación.

Mitos más recurrentes

  • Las madres manipulan a sus hijos para ponerlos en contra del agresor. El falso Síndrome de Alienación Parental sostiene que uno de los padres/tutores induce al niño a relatar un abuso que nunca ocurrió. Este supuesto se basa en una mirada adultocéntrica, dado que se supone que las niñeces son maleables hasta tal punto en que se pudiera implantar una memoria falsa y de naturaleza traumática contra alguien.
  • Los padres usan a los chicos como botín de guerra. En los divorcios conflictivos, es común que si un niño hace saber que es violentado por uno de sus padres, se desligitime la denuncia. Acá hay dos tipos de violencias que deben diferenciarse: maltrato psicológico, cuando uno de los padres le habla mal a su hije del otro o condicionando las visitas a cambio de concesiones; y la denuncia de violencia sexual, que se respalda en un padre que escucha a su hije y lo protege. De no hacerlo, sería cómplice. Además, un estudio de la forense Virginia Berlinerblau demostró que las denuncias falsas en estos casos son solo el 4% de ellas.
  • Las madres saben y lo encubren. Una madre no siempre puede percatarse de los signos de violencia contra su hijo. Es por esto que esta información debe divulgarse lo más y mejor posible.
  • Los niños mienten. No mienten más que los adultos, y cuando lo hacen es con las mismas cosas y con los mismos impulsos: para evitar un castigo o para recibir un premio.

Qué evitar y qué sí hacer

  • Tener cuidado al momento de seleccionar las imágenes. Debe evitarse exponer las caras de las víctimas, pero preferentemente también la de los adultos, dado que dar demasiados detalles es exponer indirectamente al niño. Esto tiene que ver con la protección de los datos personales.
  • Evitar el morbo, lo policíaco. Lo sensacionalista puede atraer clicks y views, pero no es útil para prevenir las violencias.
  • Hacer foco en que es un problema social, más que individual.
  • Utilizar los términos correctos.
  • Divulgar la legislación vigente.
  • Generar consciencia no solo de lo horrible de la situación, sino acerca de cuáles son los signos de violencia.
  • Desarmar las creencias erróneas.

Además, se indicó en la presentación que la pandemia por Covid-19 también implicó una visibilización y una alarma creciente de identificación de violencia en niños y adolescentes. Y esto no es casual, ya que, en el 80% de los casos, el agresor es parte del entorno cercano de las víctimas.

Por último, se planteó la problemática de que los niños no hacen llamados, lo que sería una herramienta adecuada en el caso de violencia de género para adultes. Para les niños lo más adecuado sería difundir el mensaje a través de redes y plataformas digitales.