El joven, que permanece detenido por el ataque a la Vicepresidenta, admitió además que existía un grupo del que formaba parte.
La situación del detenido Gabriel Nicolás Carrizo, acusado de participar en la organización del atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, se complica con el paso de las horas, al revelarse los mensajes que fueron hallados en su celular, a pocas horas del ataque.
“Estamos pensando en matar al jefe de La Cámpora esta vez. Están llegando todos. Vamos a tener una reunión grupal”, había escrito el joven haciendo referencia a Máximo Kirchner, a una persona que tenía agendada como “Jony White”, tan solo dos horas después del ataque contra la titular del Senado.
Quien recibió el mensaje es una persona de estrecho vínculo con Carrizo, cuya identidad se mantiene en reserva para no frustrar medidas en curso en el marco de la investigación.
Carrizo está detenido desde el miércoles pasado y tomó notoriedad pública el 2 de septiembre, a pocas horas del intento de magnicidio, cuando habló en una entrevista televisiva junto a Brenda Uliarte, novia de Fernando Sabag Montiel, quien le gatilló a la vicepresidenta. Ambos también están detenidos.
En aquella entrevista, Carrizo se presentó como el dueño de la máquina de hacer los copos de azúcar, actividad a la que supuestamente se dedicaban todos.
Conocido como el “jefe de los copitos”, Carrizo también se había enviado una serie de mensajes con su hermanastra, Andrea, que lo comprometen. “Estamos decididos a matarla”, había dicho pocas horas después del ataque.
“Esto estaba planificado para dentro de una semana. Hizo todo mal es un pelotudo”, le había contado a su hermanastra en referencia a Sabag Montiel. “Cristina tiene miedo, salió mal pero tiene miedo”, había añadido en ese intercambio.
En tanto, según trascendió, Carrizo habría manifestado intención de quitarse la vida tras ser detenido, por lo que se estarían tomando medidas para evitar esa situación.