Pasar mucho tiempo delante de las computadoras en clase no aporta necesariamente un mejor aprendizaje, sino que lo importante es la calidad y planificación, señala el último informe PISA sobre el uso de las herramientas digitales en el rendimiento escolar, publicado en París.
Martes, 15 de septiembre de 2015
“Las tecnologías digitales sólo hacen más eficiente lo que ya es eficiente”, dijo Charbonnier en París. Es clave que los alumnos planifiquen sus búsquedas, que sepan diferenciar informaciones importantes de las no importantes y apreciar la credibilidad de las fuentes.
El estudio compara pruebas que realizaron alumnos de 15 años en 2012. Entre los países con mejores resultados se ubican Singapur, Corea del Norte, Hong Kong, Japón y Canadá, mientras que España queda debajo de la media de la OCDE (466 puntos frente a los 497 en promedio). Los resultados son similares a los que arrojan los exámenes tradicionales en papel sobre matemáticas y otras competencias.
Aún por debajo de España se sitúan Chile (452 puntos), Brasil (436) y Colombia (396). México no participó en este estudio.
Aunque los jóvenes españoles navegaban más por Internet dentro y fuera de la escuela que los de otros países, uno de cada 20 alumnos (un 4,6%) no sabía hacerlo en absoluto para encontrar una información que sirviera para resolver un problema. Y los que lo hacían se perdían mucho más a menudo que los de otros países, en promedio.
El informe, titulado “Estudiantes, computadoras y aprendizaje: Haciendo la conexión”, subraya que incluyo los países que han invertido fuertemente en las tecnologías de la información y la comunicación en los últimos años para la educación no han visto una mejora notable del rendimiento escolar de sus alumnos en los informes PISA sobre lectura, matemáticas o ciencia.
De hecho, el aprendizaje y el tiempo de uso se encuentran en una relación opuesta: cuanto más moderado y planificado sea el uso de la tecnología, mejores son los resultados escolares. Las ventajas que aportan los ordenadores en las escuelas son el acceso como un juego al conocimiento, la formación personalizada y el aprendizaje cooperativo.
Sin embargo, de una escuela a otra este proceso es muy variable. “Los profesores no están preparados, para ellos las nuevas tecnologías aún no forman parte del proceso general de la escuela”, señala Charbonnier, que pone como ejemplo de esta situación a Francia.
En promedio, los alumnos estudiados usan la computadora al menos dos horas diarias. Si se supera mucho esta media, por ejemplo se pasan seis horas frente a la pantalla, la OCDE constata que se produce fracaso escolar.
El informe añade que el 96 por ciento de los alumnos participantes tenían computadora en casa y que el 72 por ciento la utilizan en clase.
Francesco Avvisati, analista de datos de la sección de educación de la OCDE, señaló que en todos los casos se constata una tendencia: los alumnos de las clases privilegiadas utilizan las nuevas tecnologías para buscar informaciones, noticias y datos prácticos, mientras que los de clases más bajas las usan sobre todo para el entretenimiento.