En el Valle de Uco, se descubrió que habita el tuco-tuco Ctenomys Uco, un roedor único en el mundo que solo se había visto en dos oportunidades en esa zona. Es un animal que hace un aporte clave en producciones orgánicas.
Pensar que todavía existen especies de animales que la humanidad aún no ha descubierto parece algo irreal.
Sin embargo, no es solo algo que sucede cotidianamente, sino que incluso tuvo un reciente capítulo argentino, y relacionado con el agro, en Mendoza.
A partir de una investigación del programa MatrizViva de Bodega Argento en la Finca de Agrelo, ubicada en Valle de Uco, se descubrió que habita el tuco-tuco Ctenomys Uco, un roedor único en el mundo que solo se había visto en dos oportunidades en esa zona.
El animal fue denominado de esa manera por la región de Mendoza donde fue encontrado, y se comprobó que tiene al menos dos poblaciones, una en Tupungato y otra en Tunuyán.
CÓMO ES EL “TUCO TUCO” DE MENDOZA
“Dentro de la gran biodiversidad que posee el Valle de Uco, podemos encontrar diferentes especies de mamíferos y entre ellas a los roedores del género Ctenomys, conocidos como tuco-tucos. Se trata de animales de hábitos subterráneos y cuya distribución se encuentra restringida al cono sur de Sudamérica; es decir, no existen en otro lugar del mundo”, explicó Raquel Alvarado-Larios, becaria doctoral del CONICET en el Instituto Argentino de Investigaciones de Zonas Áridas.
Además, mencionó que son de los roedores más diversos que existen: hasta el momento se han descrito 69 especies, todas dentro de este género.
En una primera instancia, se constató que la nueva especie tenía, al menos, dos poblaciones, una en Tupungato y otra en Tunuyán. La primera de ellas fue encontrada en zonas de producción vitivinícola y la segunda en la zona montañosa conocida como “Cajón de Arenales” en Tunuyán.
Posteriormente, en otro viñedo limítrofe con Tupungato (Finca Agrelo de Bodega Argento en Luján de Cuyo) se encontró otra población de esta misma especie.
“Es destacable el papel que cumplen los tuco-tucos en los viñedos, principalmente en aquellos que tienen producción orgánica, ya que, al tener mayor cantidad de especies herbáceas propias del lugar, entre las hileras del cultivo, los tuco-tucos aprovechan para alimentarse de las mismas y, a la vez, airean el suelo, aumentando su permeabilidad y ayudando a que los cultivos accedan al agua de manera más eficiente”, comentó la científica.
UNA ESPECIE CON ALGUNOS PROBLEMAS
A pesar de la gran diversidad de especies, los tuco-tucos enfrentan diversos problemas de conservación, ya que sus hábitos son poco conocidos y, en muchos casos, viven en ambientes que están amenazados, ya sea por las consecuencias del cambio climático o porque tienen fuerte actividad humana.
Por este motivo, es importante la identificación de poblaciones para focalizar adecuadamente los esfuerzos de conservación en aquellas que podrían presentar algún grado de amenaza.
Es por eso que Bodega Argento lleva adelante el programa MatrizViva, el cual surge y se desarrolla con el fin de conocer y entender a los organismos vivos, agua, suelo y medioambiente que cohabitan en el ecosistema vitícola para lograr una convivencia sustentable.
“Una de las líneas de investigación del programa MatrizViva es conocer, proteger ypreservar a los organismos que conviven en nuestro ecosistema. Con estos objetivos comenzamos, en nuestra Finca de Agrelo, a trabajar delimitando sitios a los que designamos Corredores Biológicos en donde la vegetación del lugar se pudiera expresar”, comentó Cecilia Acosta, responsable de I+D de Bodega Argento.
Y agregó: “En estos corredores residen animales como, por ejemplo, zorros, liebres, roedores y aves, entre otros habitantes del lugar; que estamos comprometidos a potenciar y preservar. Sumamos a esta investigación al Laboratorio de Filogeografía, Taxonomía Integrativa y Ecología (LFTIE) de IADIZA-CONICET, para así poder conocer y entender la importancia de la dinámica biológica de estos corredores para la fauna nativa”.
“Como parte de los resultados de la primera etapa de la investigación, se descubrió que, en la finca, habita el Ctenomys Uco, una especie única en el mundo que solo había sido vista en dos veces en el Valle de Uco. Este descubrimiento nos generó una sensación de orgullo y nos da un impulso enorme para seguir potenciando nuestra forma de trabajo. Y también, nos habla de la naturalidad o pureza del lugar”, finalizó Acosta.