26 octubre 2024

Un hombre de 76 años adoptó a uno de 61: la emotiva historia 

Fallo inédito de la Justicia de Salta que terminó conformando una nueva familia. Con 61 años, será legalmente hijo de su padre del corazón.

En Salta tuvo lugar un fallo histórico al otorgar la adopción de un hombre de 61 años a otro de 76. Esta inédita resolución conmovió a toda la provincia, ya que no es la primera vez que la familia solicitaba este acto jurídico. La conmovedora historia tiene por protagonista a una pareja formada por una mujer de 82 años y un hombre de 76, siendo este último el que adoptó al de 61, hijo de ella.

Los protagonistas son Ana, de 82 años, Luis, de 76, y Pedro, de 61, los tres nombres de fantasía para proteger la privacidad de la familia. Ana y Luis se pusieron en pareja cuando Pedro tenía dos años y se casaron cuando el hijo de ella tenía diez. A partir de allí, comenzó la lucha del matrimonio para que Luis sea reconocido legalmente como padre de Pedro.

Siendo que su padre había fallecido en 1974, pidieron que Luis sea su padre, pero el Código Civil no lo permitía, algo que permitió la reforma y creación del Código Civil y Comercial de 2015. A partir de esta modificación, la adopción se volvió algo posible aunque ambos fueran adultos.

A pesar de ello, las esperanzas fueron pocas de que esto se hiciera realidad, pero igual realizaron el pedido formal a la Justicia y este viernes 20 acudieron al Juzgado de Primera Instancia en lo Civil de Personas y Familia 2 de Orán. Allí, con grata sorpresa, recibieron el anuncio de que se había aprobado el acto jurídico y tanto Luis como Pedro formaban parte, legalmente, de la misma familia.

La jueza Ana María Carriquiry autorizó el fallo y dio detalles al diario La Nación sobre la sorpresiva medida: “Nos costó armar la adopción porque al principio hablábamos del niño y resulta que el niño tiene 61 años. Todos los que intervienen en esta adopción integran la tercera edad. No es solo que sean adultos, son adultos mayores. El adoptado ya es abuelo”.

“Tuvimos que revisar la legislación y sondear las convenciones internacionales de los derechos del adulto mayor, a las que adhiere la Argentina. Comprobamos que acá había un derecho a la identidad y a la autodeterminación y autonomía del adulto mayor que debía ser respetado. Realmente era el deseo de esa familia, porque ya era una familia, que sus documentos coincidieran con su identidad real. Y así se hizo”, agregó Carriquiry.

Una vez ejecutada la adopción, la jueza conssultó a los hijos y nietos de Pedro si querían utilizar el apellido de su flamante padre y todos manifestaron la voluntad de modificar su DNI. “No existe un único modelo de familia, es una construcción cultural y debemos resguardar el derecho a la identidad, a poder llamarse como uno se identifica, con el nombre de su propia familia”, remarcó la jueza.