La abogada del ex presidente llevó la declaración de una mujer que trabajó en Olivos y tuvo contacto con Yañez. Usa los mismo argumentos que los del ex presidente.
Un testigo de identidad reservada –se lo conoció como “testigo G”– presentado por el expresidente Alberto Fernández en la causa por la denuncia de Fabiola Yáñez dijo que las marcas en un ojo de la exprimera dama se deben a “tratamientos estéticos”, a la vez que calificó de “normal” el vínculo entre ellos dos.
Se trata del segundo testimonio bajo la modalidad de reserva de identidad aportado por Fernández y su abogada defensora, Silvina Carreira, que tiene explicaciones sobre las marcas en el rostro de Yañez que contradicen su versión de que son consecuencia de golpes que le propinó el Expresidente. El llamado testigo A los atribuyó a caídas en estado de ebriedad.
La Testigo G habló ante un escribano (luego Carrerira llevó el testimonio al juzgado) sobre cómo era el trato entre Fernández y Yáñez. Consultada por la abogada Carreira, dijo que para ella “era una relación normal, con alguna discusión y nada más”. En ese instante se le consultó respecto a si observó alguna agresión física. A lo que la Testigo G contestó: “No”.
La siguiente pregunta formulada por la defensa fue si “alguna vez le vio a la Sra. Yáñez con algún golpe o hematoma”. A continuación dijo la Testigo G: “hematomas de sangre si, porque en algunas oportunidades le hacían el tratamiento de plasma rico en plaquetas y que ella presenció en varias oportunidades que iba una mujer, que no recuerda el nombre, a realizarle el tratamiento estético. Le hacía el tratamiento mencionado, masajes, drenaje linfático, entre otros y que le ha visto el machucón de extracción de sangre en el brazo y en la cara le note los pinchazos del tratamiento”.
Dio más detalles al respecto y sostuvo: “el episodio que relato fue al día siguiente el tratamiento. Lo recuerdo porque charlamos del tema, y que a mí me dan impresión las agujas”.
A la hora de brindar algunas precisiones respecto a sus labores, la Testigo G indicó que trabajaba en la casa principal, la mayor parte del tiempo en el dormitorio de Francisco.
Ante la abogada de Fernández, contó que sus tareas eran de lunes a lunes, “sin retiro, con algún franco esporádico”. Agregó que “dormía en el dormitorio con Francisco y cuando algún fin de semana los Señores se encontraban sin actividad, dormía en la parte superior de la casa”.