La adicción a los celulares preocupa a estudiantes y docentes. Los teléfonos móviles no solo afectan el aprendizaje de los estudiantes, sino también su salud mental.
La adicción al celular en adolescentes está convirtiéndose en un problema de salud pública, con consecuencias alarmantes en su bienestar físico y mental. Estudios recientes revelan un aumento preocupante en los casos de insomnio, depresión y palpitaciones, vinculados al uso excesivo de dispositivos móviles. Este artículo explora las causas y consecuencias de esta adicción, así como las formas de reconectar con actividades que no involucren tecnología, abordando tanto los aspectos físicos como neuroquímicos.
El insomnio es uno de los efectos más comunes del uso excesivo de celulares. Según un estudio de la National Sleep Foundation, el 72% de los adolescentes lleva su teléfono a la cama, y más del 30% de ellos duerme menos de siete horas por noche, muy por debajo de las ocho a diez horas recomendadas. La luz azul emitida por las pantallas suprime la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño, haciendo que conciliar el sueño sea más difícil y menos reparador.
Este insomnio crónico no solo afecta el rendimiento escolar, sino que también tiene consecuencias a largo plazo en la salud mental y física, incluyendo un mayor riesgo de enfermedades como la diabetes y trastornos cardiovasculares.
Las palpitaciones, o latidos cardíacos irregulares, son otro síntoma físico de la adicción al celular. Este síntoma es una manifestación del estrés y la ansiedad, a menudo provocados por la constante necesidad de estar conectado y actualizado. Un estudio de la Universidad de Pittsburgh reveló que el 42% de los adolescentes experimentan síntomas de ansiedad cuando no pueden acceder a sus teléfonos.
La liberación continua de cortisol, la hormona del estrés, en respuesta a notificaciones y actualizaciones constantes, puede desencadenar palpitaciones y otros síntomas físicos de ansiedad. Esta sobreestimulación del sistema nervioso autónomo puede tener efectos a largo plazo en la salud cardiovascular.