16 septiembre 2024

Una iglesia vende tortas fritas para poder pagar una sideral factura de luz

El párroco de una iglesia en Santa Fe lanzó una campaña para juntar dinero y pagar una abultada factura del servicio de energía eléctrico.

Al igual que muchas familias de Argentina que no pueden hacer frente a los importantes incrementos en las tarifas de los servicios públicos, en la provincia de Santa Fe una iglesia recibió una costosa factura de luz y su párroco salió a pedir ayuda.

De los recortes y el ajuste parece que no se salva nadie, ni siquiera los que tienen el teléfono de Dios. La iglesia San Jerónimo, de la ciudad de Coronda, recibió días atrás la noticia de que deberá pagar $320.000, en dos cuotas de $160.000 cada una, en concepto de energía.

Se trata de un enorme golpe para la iglesia teniendo en cuenta que el bimestre anterior, por el mismo consumo, habían pagado alrededor de $40.000 por la factura de la Empresa Provincial de la Energía (EPE). Conmovido por la situación, el sacerdote a cargo, Sergio Javier Capoccetti, dio a conocer la novedad a los fieles a través de las redes sociales. A su vez, lanzó una campaña para recaudar fondos y pidió colaboración para todos aquellos que pudieran hacerlo.

“Es lo que le pasó a todos los vecinos”, reconoció Javier Capoccetti, aunque mostró “sorpresa” ante el montó. Además agregó: "Somos igual que cualquier otro vecino y tenemos que ir a pagarla. No existe el ‘que te pague Dios’”, analizó con algo de sentido del humor ante la crítica situación.

Lejos de quedarse quietos, la comunidad recibió de buena manera el pedido y se mostró dispuesta a colaborar con la venta de torta fritas. Cada domingo, a metros de la iglesia, se ubican algunos los puestos ofreciendo el tradicional producto. "La gente tiene ganas de colaborar, pese a que los sueldos perdieron su poder adquisitivo", dijo optimista el párroco.

Una parte importante de los gastos corrientes suelen cubrirse a partir de donaciones y los aportes que realizan los fieles durante las misas. Sin embargo, producto de la angustiante realidad económica, Capoccetti reconoció que los aportes fueron disminuyendo en los últimos meses. “Tendremos que apagar luces”, deslizó como posibilidad el sacerdote de cara a los próximos meses a modo de ahorro en el consumo de energía.