Especialistas del Hospital de Clínicas de la UBA hablan de este fenómeno que llegó para quedarse.
Los cambios repentinos del clima producidos por el calentamiento global proponen nuevos desafíos para quienes padecen de alergias y para quienes las tratan.
“La alergia es una respuesta exagerada del organismo frente a una sustancia externa, denominada alérgeno, la cual es reconocida como dañina cuando entra en contacto con el sistema inmunológico de personas previamente sensibilizadas a ésta; mientras que, para la población en general es habitualmente inofensiva”, explica el Dr. Damian Zopatti (MN 111.505), médico clínico del Hospital de Clínicas de la UBA.
Actualmente, el 30 al 40% de la población mundial sufre de una o más enfermedades alérgicas, y las proyecciones no son alentadoras. Según la Organización Mundial de la Alergia, para el año 2050, la mitad de la población estará afectada. “A los factores de predisposición genética se les suma otro gran problema que tiene igual incidencia, los cambios ambientales” alerta Zopatti.
“El cambio climático así como la contaminación ambiental son factores que contribuyen a potenciar las alergias. La proliferación de ciertas plantas, hongos y bacterias así como la presencia de polutantes y materiales particulados en el aire determinan la aparición de procesos respiratorios dentro de los cuales se encuentran las alergias”, comenta Zopatti.
Partir de un diagnóstico correcto mediante la identificación del alérgeno causal es esencial para abordar un tratamiento adecuado que prevenga los síntomas y la progresión de la enfermedad. Los pilares del tratamiento consisten en evitar o minimizar la exposición al alérgeno y el uso de fármacos para controlar los síntomas.