En 2002 el Congreso Nacional establecía al 1º de julio como el Dìa del Historiador (Ley 25566) en homenaje a «los escritores, investigadores, profesores y aficionados dedicados al estudio, propalación y análisis de los acontecimientos de carácter histórico.
Si tenemos que dar un fundamento de por qué se eligió esta fecha para celebrar el día de todos los historiadores en el país, nos tendríamos que remitir hacia los primeros años del período independiente; en los que, por accionar del Primer Triunvirato y su secretario Bernardino Rivadavia, se decidió elaborar un registro de los sucesos ocurridos en la Revolución de Mayo. Entonces, se le encomendó al Deán Gregorio Funes escribir un relato de lo sucedido en el Virreinato del Río de la Plata en 1810; a modo de preservar la memoria de lo que dejó la Revolución y poner en valor las acciones de aquellos hombres que habían actuado en esos momentos decisivos para nuestra historia.
En torno a esta cuestión, el 1 de julio de 1812 se elaboró un decreto que reunía los acontecimientos sucedidos durante la Revolución de Mayo. Muchos años después fue tomado este día como fundamento para conmemorar el día del historiador. Fue así que en marzo de 2002, el Congreso de la Nación declaró el 1 de julio como día del historiador, con el fin de homenajear el sacrificio de todos los escritores, investigadores, profesores y aficionados abocados al estudio y análisis de acontecimientos históricos.
