La situación fue detectada en Córdoba, pero puede replicarse en otras ciudades. Hogares, escuelas y clubes encendieron las alarmas. Agregan a los menores a grupos de WhatsApp y desde ahí empieza a distribuirse pornografía infantil.
En los últimos días se vive en Córdoba una creciente alerta de prevenciones en hogares, escuelas y clubes deportivos sobre la presencia de una red de pedofilia que busca captar menores por las redes.
El modus operandi delictivo es casi siempre a través de WhatsApp, donde meten a menores a distintos grupos y a su vez le piden a estos que agreguen a amigos de ellos, y en dichos espacios distribuyen pornografía infantil.
"Padres y maestros hicieron circular la noticia. Hay que hablar con los chicos para que no ingresen a grupos de desconocidos. El grupo era de pornografía infantil y captan datos de los niños que están en este grupo, después les hablan diciendo que están en esos grupos y empiezan a tener vínculos con los chicos de manera individual. Tienen 1500 teléfonos de niños, y ahí es donde están todos expuestos al riesgo", contó la mamá de un menor damnificado.
Andrés Piazza, especialista en Derecho y Política Pública en Internet, señaló en Cadena 3 que, si bien las modalidades delictivas van cambiando, esta es la primera vez que resuena y solo se vio en Córdoba, aunque "elementos parecidos se ven en el país y en otros países".
En ese marco, dijo que los padres deben ejercer el rol de la supervisión "y hacer el esfuerzo por entender y acompañar más a los chicos". Y comentó que en los grupos de WhatsApp se puede establecer una cuestión de privacidad para que no te agreguen a grupos sin consulta previa, ya que hay que contestar a una notificación; y los padres podrían poner esta regla".
"Otra línea más general es tener conciencia de lo que los chicos están viendo y con quienes se están comunicando. Esta supervisión es casi una obligación, que miren y entiendan lo que está pasando", amplió, en referencia a los padres y madres. A la vez, aclaró que hay algunos sistemas de control parental tecnológicos, pero reconoció que "hay que saber ejercer esa supervisión".
Además, explicó que en estos casos "hay una búsqueda de tomar contacto para poder hacer diferentes cosas: puede haber abuso con contenido físico o puede haber simplemente nuevas imágenes que se van captando y que pueden ser utilizadas para un negocio de distribución de pornografía".
En esta línea, Piazza aseguró que "en cualquier de los casos, el solo hecho de tomar contacto con un menor de edad para esto, ya es un delito. Si no se logra el resultado, igual es un delito, que es el grooming". Y sumó: "Y la tenencia de estas imágenes también es un delito".
El especialista se refirió al uso de celulares en menores y aconsejó dilatar lo máximo posible, al igual que el contenido audiovisual, aunque diferenció entre "tener acceso a un material y tener acceso a la comunicación".
Y acentuó en la supervisión: "Hay que ejercer el rol de la supervisión y hacer el esfuerzo por entender y acompañar más. Los que tienen mayor propensión a entrar en contacto son niños que están en alguna situación de indefensión en sus hogares, por eso el acompañamiento emocional más tradicional es siempre la prevención más importante, porque cuando haya algo que los asuste puedan acudir".
Piazza dijo que siempre es bueno que se produzcan denuncias, ya que eso le permite a la justicia "ir armando el rompecabezas". Y finalizó alertando también sobre el juego online, "que está proliferando y que es un problema grande en los adolescentes".
“El contenido era espantoso para un niño”, dijo una mamá
Una mamá contó a Eldoce que a su hijo lo habían agregado a uno de esos grupos de WhatsApp y que el contenido “era espantoso para un niño”.