Todo quedó registrado por las cámaras de seguridad del comercio. Mientras los clientes se llevaban facturas, el hombre vaciaba la caja.
Un delincuente ingresó a una panadería en San Martín y le empezó a vaciar la caja a la empleada que estaba en el negocio. Mientras se llevaba el dinero, los clientes empezaron a ingresar al comercio.
La mujer siguió atendiendo mientras el ladrón seguía llevándose plata. El hombre simuló ser un empleado y nadie sospechó lo que pasaba detrás del mostrador.