Tiene 73 años y su prontuario se remonta a mediados de la década del ’90, cuando, sin ninguna necesidad económica, comenzó a sustraer carteras ajenas.
La policía allanó ayer en Balcarce la vivienda de una jubilada cleptómana de 73 años que "no puede parar de robar”. El operativo se llevó a cabo luego de que el viernes pasado la mujer sustrajera una mochila de un café de Mar del Plata, en cuyo interior había documentación, tarjetas de créditos y dinero en efectivo.
Durante el procedimiento, ordenado por la fiscal María Florencia Salas y autorizado por el juez de Garantías, Saúl Errandonea, los efectivos hallaron las prendas de vestir utilizadas por la acusada al momento de cometer el hecho, que quedó registrado en un video tomado por una cámara de seguridad.
Nacida un 15 de septiembre de 1950, la mujer es costurera y se dedica a confeccionar trajes para novias en Balcarce. En esta etapa de su vida ya es jubilada y trabaja poco. Pero tiene ingresos por rentas. La mujer cuenta con más de 60 procesos penales por hechos similares y peritos de la Justicia ya la han considerado inimputable, por padecer Trastorno de Control de los Impulsos en la modalidad Cleptomanía, lo que le produce la necesidad patológica del arrebato o del hurto de objetos.
Su nombre ya es conocido por la policía y los tribunales marplatenses, pero a pesar de cualquier sentencia o castigo, la jubilada no puede evitar robar. La historia de la mujer se conoció a partir de la publicación de varios artículos de La Capital, y se remonta a mediados de la década del ’90, cuando, sin ninguna necesidad económica, comenzó a sustraer carteras ajenas.
Antes de 2001 ya había sumado algunas condenas por el delito de hurto o tentativa de hurto. Desde entonces se acumulan más de 60 causas o registros donde figura como imputada. Salvo un expediente donde el delito es daño y uno que es por amenazas, los demás implican robos de carteras.
Desde el 2001, el abogado Lucas Tornini la representa en las numerosas causas que la tienen como acusada y según considerada el letrado, todo tiene una explicación que ya fue confirmada por tres peritos de tres departamentos judiciales diferentes, entre ellos el eminente Guillermo Luján.
Según él, padece una patología de Trastorno de Control de los Impulsos en la modalidad Cleptomanía, teniendo la necesidad patológica del arrebato o del hurto de objetos, carteras, con una carga impulsiva que no puede controlar y que, una vez cometido el delito, la libera de la ansiedad y angustia que experimenta previamente.
“Hay un dictamen que asegura que padece un trastorno que hace que, aunque comprende la criminalidad de sus actos, no puede dirigir sus acciones”, señaló Tornini en 2019 en diálogo con La Capital. De hecho, un fallo de diciembre de 2014 la declara “inimputable” y la sobresee en la instancia de resolución de una prisión preventiva.
Estos robos que comete son considerados por la Justicia como actos “bizarros”, sin estrategia ni mecanismos defensivos, que implican principalmente un riesgo para ella misma ante una reacción desmedida de las víctimas de sus robos.