El dengue bate récords de casos. Los especialistas dicen que el pico todavía no llegó. Puede provocar enfermedad grave e incluso la muerte sin distinción de franja etaria: entre las víctimas fatales hay un bebé y dos adolescentes.
La epidemia de dengue continúa su escalada en la Argentina: cada vez hay más casos, más internaciones y más muertes en todo el país, mientras los especialistas cuestionan la ausencia de una campaña de prevención que ayude a enfrentar el virus transmitido por el mosquito Aedes aegypti.
Los datos que dan muestra de la compleja situación
-Hay 17 provincias del país en alerta sanitaria.
-El número de contagios a nivel nacional marca un incremento superior al 2000 % en relación con la misma fecha del año anterior.
-Ya son 39 personas muertas en todo el país, más de la mitad que en todo el año anterior (75).
-El virus puede provocar enfermedad grave e incluso la muerte sin distinción de franja etaria: entre las víctimas fatales hay un bebé y dos adolescentes.
Una característica que alarma a infectólogos y al sistema sanitario en general es la posibilidad de que los contagios -y por ende, las internaciones y fallecimientos- sigan en aumento durante los próximos meses. Los antecedentes en cuanto al comportamiento del virus señalan que el pico de casos suele darse entre marzo y mayo, y que los casos se replican con velocidad hasta entonces.
“El momento de mayor incidencia se da entre la segunda semana de marzo y mediados de abril”, advierte Tomás Orduna, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI.
Pablo Bonvehí, jefe de Infectología de CEMIC, amplía: “Hay un aumento explosivo de casos y, desde luego, es muy preocupante. No podemos saber si estamos en el pico o no. Se suele alcanzar en abril o mayo. No sabemos si esto puede seguir en aumento”.
Y agrega: “La suposición de que el pico podría haberse adelantado en relación a años anteriores tiene que ver con el cambio climático. Un clima cada vez más cálido que se combina con humedad”.
“No sabemos si el pico se adelantó, o si el comportamiento del virus está mostrando una curva diferente”, se suma Jorge Geffner, inmunólogo del Conicet. “Puede también que estemos en el pico ahora, y en adelante entremos en una meseta alta de casos que se sostenga en los próximos meses. Como sea, es preocupante”, acota.
Hugo Pizzi, reconocido infectólogo y docente de la Universidad Nacional de Córdoba, sostiene: “Hay un incremento inusual en toda la Argentina. Ya no solo en provincias de frontera con países limítrofes como ocurría antes, sino en Cuyo y en la zona mediterránea, como es el caso de Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe”.
“Posadas (Misiones) tiene barrios enteros contaminados. Se trata de barrios de profesionales, llenos de comercios, no en condiciones de vulnerabilidad”, agrega, y subraya: “Creo que hay mucha indiferencia y tenemos que hacer un cambio de actitud. Se hace poco para luchar contra el virus, y herramientas hay. Es atroz la cantidad de muertes y golpe a todos los grupos etarios: bebés de tres meses, chicos deportistas de 14 años, de 18, de 32″.
La vacuna
Los especialistas coinciden en que la herramienta más eficaz para hacerle frente al dengue es la vacuna Qdenga, desarrollada por el laboratorio de origen japonés Takeda.
Si bien fue aprobada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) en abril del año pasado, no forma parte del calendario nacional de vacunación y, por lo tanto, no es gratuita. El vocero presidencial, Manuel Adorni, dijo este lunes que el Ministerio de Salud no contempla, por el momento, incluirla. El motivo, según mencionó el funcionario, es que “aún no está validada como estrategia para evitar la propagación de la enfermedad”.
Quienes quieran aplicarse la vacuna Qdenga pueden hacerlo por la vía particular. Consta de dos dosis que deben ser suministradas con una ventana de 90 días en el medio. Y no es apta para cualquier bolsillo: cada una cuesta 70 mil pesos.
“Desde esta semana hay movimientos de ir evaluando en qué contextos, para qué población y en qué región del país podría ser aplicable la vacuna. Hay que evaluarla en terreno completamente. Creo que hay señales hacia eso”, reflexiona Orduna en declaraciones a TN.
Hoy por hoy, las provincias tienen la potestad de desarrollar campañas de vacunación gratuita con dinero de sus arcas. Salta y Misiones, donde el virus golpea con fiereza, lo están haciendo. “La única manera de medir efectividad en una vacuna es introducirla en forma masiva. Seguramente, de las provincias que ya empezaron a vacunar podrán obtenerse datos. Es importante determinar bien las áreas geográficas y los grupos a ser inmunizados”, profundiza.
Geffner resalta: “Es una vacuna sólida en cuanto a parámetros de seguridad. Salvo en menores de 4 años y población inmunodeficiente, embarazadas o mujeres en períodos de lactancia, la vacuna es recomendable”. Y sigue: “Creo que debe existir una campaña de vacunación al menos en lugares donde el dengue está pegando más, y enfocarse en trabajadores rurales o la franja poblacional que esté muy expuesta a contraer el virus”.
“Tenemos 300 mil argentinos que han padecido dengue desde 1997, y la vacuna es la única esperanza que tenemos. Ese grupo corre el riesgo de ser infectado nuevamente, introducir en el mosquito otro serotipo y hacer un cuadro mucho más grave que el primario”, sitúa Pizzi. Y concluye: “Creo que el comportamiento del virus va a hacer que el Gobierno lo piense mejor y sume la vacuna al calendario nacional”.