Más de 1000 millones de jóvenes adultos corren el riesgo de sufrir pérdida de audición evitable y permanente, según la Organización Mundial de la Salud.
Cada 3 de marzo se celebra el Día Mundial de la Audición con el propósito de generar conciencia en las personas sobre cómo prevenir la sordera y la pérdida de la audición, y promover la salud auditiva en todo el mundo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) actualmente más del 5% de la población mundial -430 millones de personas, entre ellas 34 millones de niños- padece una pérdida de audición discapacitante y requiere rehabilitación. Se estima que para 2050 esa cifra podría superar los 700 millones, una de cada diez personas.
Además, debido a prácticas de audición poco seguras, más de 1000 millones de jóvenes adultos corren el riesgo de sufrir una pérdida de audición evitable y permanente.
La pérdida de audición discapacitante hace referencia a una pérdida superior a 35 decibelios (dB) en el oído que oye mejor. Casi el 80% de las personas con este problema viven en países de ingresos bajos y medianos. La prevalencia de la pérdida de audición aumenta con la edad: entre los mayores de 60 años, más del 25% padece una pérdida de audición discapacitante.
Se dice que alguien sufre pérdida de audición cuando no es capaz de oír tan bien como una persona cuyo sentido del oído es normal, es decir, cuyo umbral de audición en ambos oídos es igual o mejor que 20 dB. La pérdida de audición puede ser leve, moderada, grave o profunda. Puede afectar a uno o ambos oídos y entrañar dificultades para oír una conversación o sonidos fuertes.
Causas
Hay varios factores que inciden en la pérdida de audición o la sordera en distintos períodos de la vida. Algunos pueden ser hereditarios, por inconvenientes en el parto, debido a infecciones o enfermedades vinculadas, o por causas evitables, como prácticas sin cuidado al exponerse a ruidos, música fuerte, uso de auriculares, o usar medicamentos ototóxicos.
La detección temprana de la pérdida de audición y de las enfermedades otológicas es fundamental para poder ofrecer un tratamiento eficaz.
En esa línea, la Sociedad Argentina de Pediatría, recomendó hacer un cribado sistemático, es decir pruebas diagnósticas en personas aparentemente sanas, para detectar en niños esta situación y poder tratarla a tiempo.
En recién nacidos la práctica no invasiva llamada Otoemisiones Acústicas.
En lactantes atención en el desarrollo del lenguaje.
En preescolar y primaria audiometrías.
Especial atención a personas y niños que reciben medicamentos ototóxicos.
En tanto, el ministerio de Salud de la Nación, publicó una serie de consejos para cuidar la salud auditiva.
Usar auriculares a bajo volumen.
Evitar exponerse a ruidos fuertes.
Realizarse controles de audición, especialmente si se está expuesto a ambientes ruidosos o aparecen zumbidos, dolor o dificultad para escuchar.
No introducir en los oídos hisopos, algodones o pinzas: puede dañar el tímpano o producir infecciones.