Un problema creciente en todo el mundo es la adicción a redes sociales. El efecto FOMO (Fear of Missing Out) o "miedo a perderse algo", es el deseo incontrolable de conexión permanente y la participación activa en redes.
Este efecto incentiva la revisión constante de las redes, convirtiendo estos comportamientos en una rutina problemática que integra las principales actividades diarias de los afectados. Esta adicción se agrava cuando se utiliza como vía de escape a sensaciones de malestar tales como el estrés, la soledad o la depresión.
Los individuos afectados por este trastorno experimentan un fenómeno psicológico que se caracteriza por la ansiedad de estar constantemente conectado y estar al día con las actividades de otros, además de sentir la obligación de documentar cada aspecto de su vida.
Esta condición no solo se manifiesta a través de la compulsión tecnológica, también se observa una notable disminución de la motivación académica o laboral. Además, el FOMO puede desencadenar consecuencias negativas en el autoconcepto y la autoestima, debido a que implica una comparación constante entre la vida personal y lo que otros publican en sus perfiles sociales.