Las piezas conservadas, tanto cortezas como ramas, pertenecen, principalmente, a ejemplares de espinillos (Vachellia caven) que proliferaban en la zona, hace más de diez siglos atrás.
Decenas de fragmentos de madera carbonizada, cuya antigüedad se cree que rondaría los 1.000 años, fueron recuperados por el equipo del Museo Paleontológico de San Pedro. El descubrimiento se realizó durante una recorrida del Grupo Conservacionista de Fósiles en la que dieron con un bloque de sedimentos oscuros, casi negros, con abundantes restos de vegetales conservados en su interior.
El mencionado bloque fue trasladado al laboratorio del museo y una vez allí, se comenzó con la delicada tarea de limpieza y extracción de los numerosos fragmentos de vegetales carbonizados que fueron apareciendo en su interior.
Las piezas conservadas, tanto cortezas como ramas, pertenecen, principalmente, a ejemplares de espinillos (Vachellia caven) que proliferaban en la zona, hace más de diez siglos atrás. El estado de conservación es muy bueno y se recuperaron muestras de diferentes zonas de estas plantas, lo que representa una buena posibilidad para futuros estudios de estos antiguos ejemplares.
El hallazgo fue realizado por José Luis Aguilar, Jorge Martínez y Julio Simonini, del equipo del Museo. En la preparación de los materiales colaboraron Santiago Ferreyra, Emma Lostal y Lucía Schvindt.
Desde el Museo Paleontológico de San Pedro comentan que “poder recuperar y disponer de estos materiales que pocas veces llegan a conservarse, es interesante porque son testimonios directos del desarrollo de especies arbóreas muy características de la zona y eso permite seguir su existencia en tiempos remotos y sus potenciales cambios con respecto a ejemplares actuales”.