La noticia de la muerte de José Luis Telecher fue confirmada por su hermana Patricia y también en las redes sociales del artista.
En las últimas horas, se dio a conocer la noticia de la muerte de José Luis Telecher, creador de los famosos personajes que marcaron a fuego la televisión argentina como Pepe Pompín, Carozo y Narizota. La noticia fue confirmada por su hermana Patricia y también a través de las sociales del artista.
El innovador falleció a sus 64 años y supo ganarse el cariño de la gente con los títeres enamoraron a distintas generaciones de argentinos. La primera irrupción de una criatura suya fue la de Narizota en el programa infantil El verano de los chicos, donde los conductores eran las Trillizas de Oro y Pipo Pescador.
“Junto a mis hermanos estaba haciendo con Julieta Magaña unos muñecos tipo el Topo Gigio con teatro cámara negra”, contó en una entrevista a La Voz del Pueblo.
Y agregó: “Mi hermana en esa época tenía una compañera de secundaria que trabajaba en una fábrica de camperas de corderito, entonces en lugar de tirar los retazos que sobraban me los daba para hacer los muñecos. Ahí nace el Narizota”.
La carrera de José Luis Telecher
En 1978, José Luis Telecher inventó a Carozo -quien en un principio se llamaba Felipe- y sus dos creaciones serían los personajes más queridos de La Tarde los Chicos, que se emitía por Canal 13 y tenía como conductor al Profesor Gabinete.
Su primer programa en solitario fue El Show de Carozo y Narizota, que luego cambiaría por la carátula por La Granja de Carozo y Narizota. Además, el fenómeno se extendió a los Estados Unidos, donde participó en programas de Telemundo y Univisión.
Cabe destacar que, con el correr de los años, las creaciones de Telecher siguieron teniendo un gran éxito en la televisión. Entre los más aplaudidos, está Pepe Pompín: el conejo empezó a principios del milenio en Desayuno, que conducía Víctor Hugo Morales en la TV pública, y en Socios del Espectáculo (eltrece).
El artista prefirió preservar su imagen y no es posible encontrar fotos propias para seguir con la magia de sus personajes. Nunca quiso que lo fotografiaran e, incluso, siempre eligió que el protagonismo lo tuvieron sus “hijos” de peluche.