Así lo señalo el índice de inflación de agosto en la ciudad de Buenos Aires. Qué dijeron referentes del sector de la carne vacuna a Popular y cuáles son las proyecciones.
La inflación de agosto pasado en la ciudad de Buenos Aires activó las alarmas. El dato se ubicó en el 10,8%, por lo que confirmó la aceleración de los precios tras la suba del tipo de cambio oficial dispuesta por el Gobierno nacional y el salto del dólar blue luego de las PASO. Y resultó, sobre todo, una señal negativa de lo que podría ocurrir el próximo miércoles, cuando el Indec dé a conocer su medición a nivel nacional del mes pasado.
El registro difundido por la Dirección General de Estadística y Censos porteña fue el más alto desde que comenzó con esta tarea en 2012. Entre las 14 divisiones que evalúa, hubo tres que se ubicaron por encima de la inflación: Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (13,8%); Alimentos y bebidas no alcohólicas (12,5%); y Equipamiento y mantenimiento del hogar (12,3%). Y al interior del segundo segmento mencionado, el principal aumento estuvo impulsado por Carnes y derivados (19,2%).
Las razones del aumento de la carne
¿A qué se debió el salto fuerte en los precios de este producto en agosto? "Los motivos de la suba tienen dos orígenes. Por un lado, existió sobreoferta durante los primeros siete meses del año, debido a que los animales fueron alimentados con maíz frente a la sequía y estuvieron antes de tiempo en el mercado. Eso mantuvo los valores achatados”, explicó el presidente de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (Ciccra), Miguel Schiariti.
“Y por el otro –continuó en diálogo con Popular-, luego se dio la combinación de que hubo menos animales en los corrales de los feedlot, el Gobierno llevó a $340 el tipo de cambio diferencial para las exportaciones de maíz y se aplicó una devaluación del 22%. Eso generó un cóctel explosivo, a lo que debemos sumar que en esos días llovió, los compradores de hacienda se desesperaron y la carne subió más del 60%. Eso se trasladó al mostrador".
Por su parte, Isaac Rudnik, director del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (Isepci), se expresó en la misma línea sobre las razones que derivaron en el aumento de la carne. "La devaluación impactó de manera inmediata sobre el precio, porque golpeó en productos principales como el maíz y otros importados que son utilizados en la alimentación del ganado. Esto no sólo ocurrió con la carne vacuna, sino también en los porcinos y los pollos", señaló el especialista ante la consulta de Popular.
"Hubo una devaluación el 14 de agosto pasado y en los días posteriores la suba del ganado en pie fue de entre 600 y 900 pesos", puntualizó Ruudnik. Y luego lanzó una advertencia: “Estamos recorriendo un camino peligroso. No nos encontramos al borde del abismo de la hiperinflación, pero sí es importante tener en cuenta que si no hay política que frene esta escalada irracional, podemos quedar muy cerca".
Según el Índice de Precios al Consumidor de la ciudad de Buenos Aires (Ipcba), el kilo de asado tuvo un precio promedio de 2.455 pesos durante el último mes, mientras que el de carne picada se ubicó en $1.945. A su vez, el kilo de nalga trepó $3.242 y el de cuadril, a $3.095. El kilo de paleta, en tanto, llegó a $2.442. Los incrementos se produjeron luego de que el consumo de carne vacuna llegara en julio a los 52 kilos por habitante al año, un 8,5% por encima del promedio registrado en el mismo período de 2022.
Así, quedó apenas un 0,2% por debajo del dato de 2019, último pico, pero apareció por arriba del promedio de 2020 (fue 50,9 kg/hab/año), de 2021 (48,7 kg/hab/año) y de 2022 (47,9 kg/hab/año). Ante las subas del último mes, la postal cambió en los locales. “De golpe, el kilo de carne aumentó entre 800 y 1.200 pesos al mostrador. Luego de las PASO, no le vendíamos a nadie. La gente entraba y, lo que en general pagaba 4.000 pesos, estaba por arriba de los 5.000. La opción era pollo, cerdo, algo de achuras o los cortes más baratos, como osobuco, espinazo o roast beef”, comentó Diego, a cargo de una carnicería de Mataderos, en diálogo con Popular. “Las ventas nos bajaron entre un 30% y 40%”, describió.
En lo que va de 2023, las carnes y derivados acumularon un incremento del 95,4% en el distrito porteño, mientras que en el interanual presentaron una suba del 123,9%. De este modo, quedaron por debajo del Ipcba general, que en agosto alcanzó el 127,3%. Después los últimos aumentos, y frente a la caída en la demanda, los precios retrocedieron hasta un 30% a comienzos de este mes. "Ahora la gente volvió a comprar un poco más", confiaron fuentes del sector.
Más allá de esta baja, a futuro se proyecta un nuevo salto en los valores de la carne vacuna. “Si las lluvias de los últimos días fueron intensas en el interior del país, para fines de septiembre o mediados de octubre vamos a tener otro aumento y ahí los precios no retrocederán, porque los animales van a estar más tiempo en el campo y el productor no estará obligado a sacarlos. Los va a retener y faltará oferta en el mercado”, concluyó Schiariti.