A pesar de que el Gobierno niega el robo de datos de los usuarios de la mutual estatal, se alertó a la población sobre los posibles delitos de los que pueden ser víctimas.
El pasado 12 de agosto el sistema informático del PAMI, sufrió un coberataque que permitió acceder a información sensible sobre los afiliados que fue volcada en la web, tras la negativa del organismo a pagar un rescate en efectivo.
Por ello se alertó a la población sobre la posibilidad de que esa información sea utilizada para generar estafas, ya que en la base de datos había contactos e información personal de los usuarios de la obra social estatal.
Al parecer se trató del ransomware Rhysida, un código que cifra los archivos y los vuelve inaccesibles, a menos que se pague una suma de dinero a los delincuentes para que éstos envíen la clave que los libera.
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Luego, quienes atacaron al organismo pidieron un rescate de 25 bitcoins, que equivale a unos 700 mil dólares, sin embargo la titular del ente, Fernanda Raverta, se negó a emitir el pago, por lo que toda la información obtenida se publicó en la llamada “deep web”.
Aunque el PAMI se encargó de difundir que se trataba de una serie de carpetas con información irrelevante, como “archivos sueltos de trabajo”, que no implican riesgo alguno, se alertó a los beneficiarios de la mutual por posibles contactos a través de medios webs o telefónicos utilizando los datos obtenidos para cometer delitos.
