Ambos declararon que no le pegaron a la beba. El hombre purgó una pena por matar a su propio padre. Sucedió en San Fernando.
Una bebé de 2 años murió luego de haber sido golpeada y por el crimen detuvieron a su madre y al padrastro en la localidad bonaerense de Virreyes, partido de San Fernando.
El hecho ocurrió el miércoles alrededor de las 21.45, cuando la pequeña, identificada como Guadalupe Yñiguez Monzón, de dos años, ingresó fallecida a la guardia del Hospital San Cayetano, adonde fue llevada por su madre, Claudia Evangelina Monzón, y su padrastro, Marcelo Ariel Cañete.
Ante el deceso, intervino el fiscal Matías López Vidal, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio (UFIJ) Especializada en temática Violencia de Género de Virreyes, quien se hizo presente en el centro asistencial junto a un médico de la Policía.
En primera instancia, los médicos le practicaron a la víctima una serie de radiografías de todo el cuerpo ya que a simple vista presentaba múltiples lesiones. Los estudios revelaron que tenía una fractura de cúbito y radio y de una costilla.
El fiscal dispuso la aprehensión de la madre y el padrastro por “homicidio” e indicó que se lleve a cabo la autopsia al cuerpo de la niña. De acuerdo a los resultados preliminares de la necropsia, que llegaron este mediodía a manos del fiscal, la causa de muerte fue politraumatismos por golpes que provocaron una “falla multiorgánica”.
En tanto, los dos detenidos fueron indagados por el fiscal del caso y negaron haberla golpeado: ambos dijeron que la beba supuestamente estaba durmiendo y cuando fueron a verla observaron que no respiraba y que había vomitado, por lo que intentaron reanimarla.
Según sus dichos, la beba no fue golpeada por ninguno de ellos, lo cual se contrapone con la autopsia. Además, respecto a lesiones de vieja data que la víctima presentaba dijeron que “se había caído de una silla”.
Para los investigadores, en realidad, la niña fue sometida a golpes durante varios días, por lo que continuarán presos.
En tanto, Cañete purgó una pena de ejecución condicional por matar a su padre y, si bien estuvo en la cárcel hasta la prisión preventiva, la Cámara de Apelaciones lo benefició con el “exceso en la legítima defensa”. Ese hecho ocurrió en noviembre de 2017, tras una discusión que terminó con Héctor Cañete asesinado a puñaladas.