Dos delincuentes que en 2020 asesinaron a un peón rural en la localidad bonaerense de Coronel Suárez fueron condenados a cadena perpetua, tras haber sido declarados culpables por un jurado popular.
La pena fue impuesta por el juez Julián Saldías, del Tribunal Oral en lo Criminal 3 de Bahía Blanca, a César Ezequiel Pereyra (41) y Juan Mario Gerling Kees (57), quienes el 2 de junio fueron declarados culpables por un jurado popular del crimen de José Alberto Baier (58).
Kees fue condenado por ser coautor penalmente responsable del delito de “homicidio criminis causa en concurso real con robo agravado por el empleo de arma de fuego apta para el disparo y dos robos calificados por el uso de armas de fuego”.
Mientras que Pereyra fue condenado por “homicidio criminis causa en concurso real con robo agravado por el empleo de arma de fuego apta para el disparo”, agregaron.
Baier falleció como consecuencia de “un grave shock hipovolémico causado por una extensa lesión cervical que comprometió tejidos vitales, sufriendo un paro cardioencefalico irreversible”.
Durante la audiencia de cesura, en la cual las partes solicitaron el monto de la pena de acuerdo a lo decidido por los 12 miembros del jurado, Pereyra le pidió disculpas al fiscal Jorge Viego, a quien había agredido de manera verbal cuando se le otorgó la posibilidad de decir sus últimas palabras antes de la finalización del debate.
El hecho por el cual se los halló culpables a Pereyra y Gerling Kees ocurrió el 25 de octubre de 2020, alrededor de las 21, cuando Baier se hallaba junto a los dueños del establecimiento, María Antonia Pugliese (99) -ya fallecida- y su hermano Antonio (89), en la finca situada en la ruta provincial 85, en proximidades de Pueblo Santa María, de Coronel Suárez.
Según las fuentes, dos delincuentes con sus rostros semicubiertos arribaron al lugar con intenciones de robo y asesinaron de un tiro en el cuello al trabajador rural.
Alertados por un llamado al 911, efectivos de la Policía Comunal fueron hasta el establecimiento y sorprendieron a los delincuentes, quienes tomaron como escudo humano al menor de los ancianos, efectuaron varios disparos contra los efectivos y huyeron a campo traviesa.
Al entrar a la casa, los policías hallaron al peón rural fallecido y a los hermanos dueños de la finca heridos a golpes, tras lo cual, ambos fueron trasladados a un centro asistencial.