Policías bonaerenses cuestionan algunos permisos hacia oficiales que no actúan conforme a la ley por parte del ministro Sergio Berni.
“Hay malestar en la fuerza. Los que hacen las cosas mal son premiados. El mensaje es muy peligroso”, eso sostuvo un alto jefe de Policía bonaerense al enterarse de la designación del entonces Jefe de la Departamental de La Plata como como superintendente de la región capital II por designación de Sergio Berni.
El ofuscado uniformado se refería al comisario mayor Sebastián Perea, quien fue durante ocho meses el máximo jefe de la Policía en La Plata, lapso en el que quedó imputado por la muerte del hincha de Gimnasia, César “Lolo” Regueiro, y por no tomar acción alguna ante una denuncia de abuso sexual de una empleada de un restaurante, por el que quedaron en la mira jugadores de la selección de fútbol sub 20 de Iraq.
Perea, procesado por estrago culposo, enfrentará un juicio oral que fue elevado por la UFI N° 5 de La Plata, a cargo del fiscal Juan Menucci, en el marco de la causa por la muerte de Regueiro, un hecho sucedido el 6 de octubre pasado en el estadio de Gimnasia cuando se produjeron incidentes entre hinchas y la Policía en la previa del partido con Boca Juniors.
El mismo funcionario policial quedó implicado en una causa por incumplimiento del deber de funcionario público por el fiscal Álvaro Garganta, titular de la UFI N° 11, luego de que una joven explicara que había sido manoseada por futbolistas de la selección de Iraq en un hotel ubicado frente a la Plaza Moreno de la capital provincial.
La joven prefirió no radicar la denuncia, pero al enterarse del hecho, según Garganta, Perea debería haber actuado de oficio e iniciar una investigación.
A pesar de los dos expedientes judiciales que enfrenta, desde el Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires decidieron designarlo como supertintendente de la región capital II, con sede en Cañuelas, lo que significó un ascenso y premio en su carrera.