En mayo tuvieron una retracción del 2,8% con respecto a igual mes de 2022. El único rubro que registró mejoras fue “Farmacias”.
Las ventas minoristas pymes cayeron un 2,8% en mayo con respecto a igual mes de 2022 (medidas a precios constantes) y de esta manera suman cinco meses en baja.
Los datos se desprenden del Índice de Ventas Minoristas Pymes de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), realizado a través de un relevamiento de 1.207 comercios minoristas del país (consultados entre el 1 y el 3 de junio).
Con el último número (fue el mes de mayor descenso en 2023), las ventas minoristas “acumulan un declive del 1,7%” en lo que va del año y “en la comparación mensual, los negocios también vendieron 1,2% menos que en abril”.
La CAME señaló que “el sector comercial viene sintiendo cada vez más la pérdida de poder adquisitivo de las familias en manos de la inflación” y que “desde todos los negocios relevados manifestaron que recibieron productos con subas importantes de precios”.
“Además, el 56% tuvo problemas para reponer stock porque los proveedores demoraron entregas o directamente las cancelaron, según manifestaron en el sondeo”, agregó la Confederación.
De los siete rubros medidos, seis cayeron en la comparación anual. El único que creció fue “Farmacias” (+6,4%), mientras que el de mayor retracción fue “Indumentaria y textil” (-8,2%). En tanto, en lo que va del año cinco sectores acumulan caídas y sólo dos aumentos.
“Para el acumulado anual, se mantienen en alza ‘Farmacias’ (+6,8%) y ‘Ferreterías, materiales eléctricos y de la construcción’ (+0,5)”, agregó CAME.
Alimentos
Las ventas de alimentos “disminuyeron 4,2% anual en mayo, a precios reales, y suman una merma del 1,9% en los primeros cinco meses del año (frente al mismo periodo de 2022)”
“En la comparación mensual, bajaron 0,7%. El 48,9% de los empresarios consultados manifestó problemas de reposición de mercadería y 40% dijo que esas dificultades fueron mayores que en abril”, indicó LA CAME.
Y agregó: “La gente elije productos más baratos, y escasearon alimentos básicos como harina y azúcar que los mayoristas entregan ‘cuotificados’. Desde algunos negocios comentaron que los clientes se enojan por los faltantes y descargan su ira en los empleados, sin aceptar explicaciones”.