El principal condenado por el crimen de Fernando Báez Sosa, Máximo Thomsen, atraviesa un delicado estado de salud mental mientras cumple la prisión perpetua.
A pocas semanas de ser condenado a prisión perpetua por haber asesinado a Fernando Báez Sosa, Máximo Thomsen atraviesa un mal momento en su salud mental. Mientras espera que sea trasladado a otra cárcel, tuvo un conflicto en el penal de Melchor Romero y salió a la luz un duro informe.
Según trascendió, Thomsen “había estado pegando patadas en el buzón”, más conocido como la celda en la que transita su condena perpetua. En ese sentido, el rugbier escribió una carta en la que reveló que siente “claustrofobia” y pidió disculpas.
A su vez, un informe mencionó que el joven presenta signos de depresión, además de una profunda angustia. Por lo pronto, el servicio penitenciario le habilitó la posibilidad de hablar con un pastor y le facilitó una biblia.
Cabe recordar que hay una posibilidad de que el principal culpable del asesinato de Fernando Báez Sosa sea trasladado a otra cárcel. Esto se debe a que la convivencia entre los rugbiers es difícil ya que tienen varios conflictos.
Finalmente, Blas Cinalli, el rugbier condenado a quince años de prisión, consiguió un nuevo abogado. Se trata de Miguel Ángel Pierri, el mismo letrado que representó a Jorge Mangeri, acusado por el crimen de Ángeles Rawson.
De acuerdo a la revista Forbes, le habría pedido al joven unos “U$S 200 mil para defenderlo de punta a punta”. Luego, habló en Crónica TV antes de confirmar su defensa y afirmó que “cree que le puede bajar la pena”.
“El fiscal dice ‘Cinalli estaba cerca de la víctima, por lo tanto intuyo que lo pudo golpear’. No, él tiene que probar que le pegó. El ADN (encontrado en su uña) no demuestra que le haya pegado a nadie”, argumentó.
