Plantar más árboles podría reducir en un tercio las muertes provocadas por las altas temperaturas de verano en ciudades, según revela un estudio difundido por The Lancet.
Un equipo de investigación de Barcelona halló que de las 6.700 muertes prematuras en ciudades europeas durante 2015, un tercio de estas (2.644) podrían haberse prevenido si se hubieran incrementado los árboles urbanos en un 30 %.
Su estudio encontró que la sombra que proporcionan los árboles redujo las temperaturas urbanas en una media de 0,4 grados durante el verano.
"Ya sabemos que las altas temperaturas en entornos urbanos están asociadas a desenlaces de salud negativos, como fallos cardiorrespiratorios, admisiones hospitalarias y muertes prematuras", señaló el principal autor del estudio, Tamara Lungman, del Instituto de Barcelona de Salud Global.
El objetivo de la investigación, apuntó el experto, es "informar a las autoridades sobre los beneficios de integrar de manera estratégica las infraestructuras verdes en la planificación urbana a fin de promover entornos urbanos más sostenibles, resilientes y contribuir a la adaptación y mitigación del cambio climático".
Los resultados de la investigación apoyan la idea de que los árboles urbanos proporcionan beneficios sustanciales a la salud pública y al medioambiente, aunque sus autores reconocen que el incremento de los árboles debería combinarse con otras intervenciones, como cambiar los materiales de las superficies para reducir las temperaturas nocturnas, a fin de maximizar la reducción de la temperatura urbana.
"Nuestros resultados sugieren que hay grandes impactos en la mortalidad debido a las temperaturas más calurosas en las ciudades, y que estos impactos podrían reducirse parcialmente incrementando la cobertura que dan los árboles para ayudar a enfriar los entornos urbanos", señala por su parte el coautor Mark Nieuwenhuijsen, director de Planificación Urbana, Medioambiente y Salud del Instituto de Barcelona de Salud Global.