"En primer lugar, solo teníamos en agenda un hallazgo de unos restos de gliptodonte (armadillo terrestre gigante), que son animales emparentados con las mulitas, peludos y tatús actuales", señaló Taglioretti, paleontólogo del museo.
"Existen diferencias entre los gliptodontes y los armadillos actuales, entre ellas el tamaño y la arquitectura de su caparazón. Las placas que forman parte del caparazón de los gliptodontes se encuentran en mayor medida muy fusionadas, conformando una verdadera coraza rígida, convirtiéndolos en verdaderos tanques de guerra prehistóricos", enfatizó el paleontólogo.
Por otra parte, acotó, "las formas más grandes alcanzan los cuatro metros de largo y 1.5 metros de alto y un peso de hasta dos toneladas. Fuimos por un gliptodonte y rápidamente se convirtieron en dos, más una gran cantidad de restos de roedores dispersos en el lugar, que son muy buenos indicadores de la edad de los depósitos y los ambientes que había en el pasado".
Si bien los hallazgos de restos de gliptodontes son muy frecuentes, los que se recuperan en los acantilados sur de Mar del Plata son únicos, porque son los gliptodontes del Plioceno (5,33 a 2,58 millones de años atrás) que son muy raros en otros yacimientos.