La Aduana fue testigo de secuestros insólitos y extraños. Aunque parezca raro, los cálculos biliares bovinos son un negocio sumamente rentable y, por momentos, su precio por gramo puede incluso llegar a superar el del oro.
Esto se debe a que en el campo de la medicina natural algunos, por un lado, les atribuyen propiedades relajantes y antiinflamatorias y, por otro, los usan para tratar la fiebre, para fabricar anticonceptivos y hasta afrodisíacos.
Así, la Aduana de Gualeguaychú recuerda dos casos concretos. El primero consistió en un automóvil con matrícula argentina que salía del país rumbo a Uruguay, en el que una verificación vehicular de rutina descubrió 181,14 gramos de cálculos biliares bovinos. Éstos se encontraban en una bolsa de nylon y un tupper, que iban, respectivamente, dentro de la consola central del vehículo y debajo del asiento del conductor.
Se estimó que el valor de la mercadería ascendía a USD 2.667 y, tramitada la actuación por transgresión del régimen de equipaje, se declaró la extinción de la acción penal ante el pago voluntario de la multa, un monto equivalente al valor en pesos de la mercadería en infracción.
El segundo caso fue muy similar, pero con una cantidad más significativa del llamado oro bovino. En esa oportunidad la mercadería, además de estar en la consola central del vehículo (de matrícula uruguaya), también iba en el asiento trasero. En ambos lugares se hallaba dentro de respectivos tuppers. Dicho eso, el valor de los 925 gramos de cálculos era, naturalmente, mucho mayor: se estimó que ascendía a USD 7400. Al igual que en el caso mencionado anteriormente, la persona que los llevaba pagó un monto equivalente al valor de la mercadería en pesos, a modo de multa, para evitar acciones penales.
Un participante de Gran Hermano y una momia por encomienda
Un control mediante escáner en la sección Encomiendas Postales Internacionales de laAduana de Monte Grande, Provincia de Buenos Aires, encontró que una pieza de exportación arrojaba una imagen compatible con restos humanos: un cráneo. El paquete en cuestión, con un peso de 916 gramos, envuelto en papel madera, había sido depositado en la sucursal de San Telmo del Correo Argentino. Según la información manuscrita en el envío, el destinatario era Paul Abrahamian, en Brooklyn, Nueva York, EEUU y el remitente, Gustavo Damamio, de CABA, Argentina. La mercadería declarada era “Adorno Spiderman artesanal”.
Abierta la encomienda, se encontró un bulto envuelto en film cubierto con dos máscaras del hombre araña y un gorro de lana. Al separar los elementos, el personal especializado de la Dirección General de Aduanas-AFIP descubrió una cabeza humana momificada. Análisis preliminares determinaron que había sido cortada para separarla del cuerpo y que habría pertenecido a un niño de entre 10 y 12 años con pelo anaranjado (o de un color similar).
De información de bases públicas surge que el supuesto destinatario del paquete, Paul Abrahamian, es el titular de una empresa llamada, paradójicamente, Deadskull LLC, que traducida al español significa, literalmente, “cráneo muerto”. Abrahamian participó en seis temporadas consecutivas del reality show Big Brother (Gran Hermano) del año 2016 al 2018 y llegó a la final en dos oportunidades. Ante el hallazgo, la Aduana dio intervención al Juzgado Nacional en lo Penal Económico N°2 y con anuencia del juzgado, entregó el cráneo momificado al personal del Departamento de Delitos Fiscales de la PFA para su guarda y custodia hasta ser entregado al Equipo Argentino de Antropología Forense para efectuar la pericia correspondiente.
Barón rojo, un toro youtuber
En el Paso Internacional Concordia-Salto, el organismo que dirige Guillermo Michel se valió de YouTube para detectar la flagrante subfacturación de un toro reproductor.
Los exportadores declararon que Barón rojo, un Angus puro pedigree, valía aproximadamente $315.000 (USD 2.100), pero los inspectores aduaneros encontraron, en un video de un remate subido a YouTube, que en realidad había sido vendido por $1.800.000 —es decir, casi seis veces el valor declarado.
Dado que el animal no tenía la culpa del ilícito cometido, la Dirección General de Aduanas-AFIP procedió a su liberación, no sin antes exigir el pago de un seguro de caución y efectuar la correspondiente denuncia ante la justicia.