22 noviembre 2024

El Papa criticó a "la humanidad insaciable de dinero, poder y placer"

Francisco dedicó la tradicional Misa de Gallo celebrada ante 7.000 personas en la Basílica de San Pedro a los niños que sufren "las guerras, la pobreza y la injusticia". Pidió una Iglesia al servicio de los pobres y criticó el carácter consumista que adquirió la Navidad.

 

El papa Francisco dedicó la tradicional Misa de Gallo que celebró este sábado en el Vaticano a los niños que sufren "las guerras, la pobreza y la injusticia", al tiempo que criticó la "prisa voraz de poseer y consumir" de la humanidad y pidió una Iglesia al servicio de los pobres.

"Mientras los animales en el establo consumen la comida, los hombres en el mundo, hambrientos de poder y de dinero, devoran de igual modo a sus vecinos, a sus hermanos. ¡Cuántas guerras!", criticó el pontífice durante la homilía que recitó en la Basílica de San Pedro, en su décima misa de Nochebuena desde que fue elegido en marzo de 2013.

"Y en tantos lugares, todavía hoy, la dignidad y la libertad se pisotean. Y las principales víctimas de la voracidad humana siempre son los frágiles, los débiles", agregó Francisco, en una referencia implícita al conflicto iniciado en Ucrania hace diez meses y al resto de las guerras abiertas en el mundo, como en Yemen o Siria.

Francisco planteó que "en esta Navidad, como le sucedió a Jesús, una humanidad insaciable de dinero, poder y placer tampoco le hace sitio a los más pequeños, a tantos niños por nacer, a los pobres, a los olvidados".

"Pienso sobre todo en los niños devorados por las guerras, la pobreza y la injusticia", enfatizó el Sumo Pontífice, quien además hizo una "invitación a mirar la vida, la política y la historia con los ojos de los niños".

Bergoglio, de 86 años, se mostró notablemente recuperado de la lesión en la rodilla que el año pasado le había impedido encabezar algunas celebraciones.

En la ceremonia, el pontífice estuvo acompañado por 25 cardenales, 15 obispos y 200 sacerdotes de todo el mundo que concelebraron la misa ante unas 7.000 personas congregadas dentro de la Basílica y otras 3.000 que siguieron la celebración desde las pantallas en la Plaza San Pedro, según la estimación hecha a Télam por el Vaticano.