En un furibundo descargo tras el fallo por la Causa Vialidad, la Vicepresidenta aseguró que no se postulará a ningún cargo en las elecciones del año próximo. "El 10 de diciembre del 2023 no voy a tener más fueros, así van a poder dar la orden de que me metan presa. Sí, presa, pero nunca una mascota", dijo, desafiando al Poder Judicial y a un amplio sector de la oposición.
Luego de que el Tribunal Oral Federal N° 2 leyera la condena en su contra, en la que la encontró culpable de administración fraudulenta de bienes del Estado, Cristina Fernández de Kirchner salió con los tapones de punta. En su descargo, aseveró que no será candidata en 2023, porque no va a "a someter a la fuerza política" que le dio "el honor de ser dos veces Presidenta y una vez Vicepresidenta" a que "la maltraten en periodo electoral con una candidata condenada".
De esta manera, la persona con mayor caudal de votos propios se bajó de la puja electoral del año próximo, en un marco donde muchos de sus seguidores -sobre todo los decepcionados con Alberto Fernández- la pedían para buscar el Sillón de Rivadavia.
Este "renunciamiento" de Cristina Fernández parece una estrategia de contraataque contra los sectores que apuntalaron el fallo que la condenó a seis años de prisión. Si bien en su mensaje se dirigió principalmente a la tropa propia, la ex Presidenta aprovechó para redoblar la apuesta, consciente del lugar que ocupa en la escena política nacional.
"El 10 de diciembre del 2023 no voy a tener más fueros, así van a poder dar la orden de que me metan presa. Sí, presa, pero nunca una mascota. No voy a ser candidata a nada, ni a presidenta, ni a senadora, mi nombre no va a estar en ninguna boleta. Termino el 10 de diciembre y me vuelvo a mi casa, la misma de la que salí un 25 de mayo de 2003 para acompañar a quien fue mi compañero", sentenció, a sabiendas de que el lugar de mártir -sobre todo con el antecedente inmediato de Lula en Brasil- conviene más a su situación que darle argumentos de campaña a la oposición.
De este modo, así como "renunció" a la candidatura presidencial en 2019, otorgando ese lugar a Alberto Fernández (considerado a posteriori por muchos seguidores como un gran error), Cristina Kirchner vuelve a realizar una jugada arriesgada para, como viene haciendo, ir por todo o nada. Ya lo dijo en varias oportunidades: "Gobierno para la historia" y "la historia ya me absolvió". La "historia", para la ex mandataria, es la que rige parte de su comportamiento y es más trascendente que una postulación circunstancial. Esta interpretación está en la base su reciente renunciamiento/estrategia política. La historia, claro, con su martillo inclaudicable, será la que definirá qué lugar le depara.
Fuente: La Noticia1.Com.