Se trata de un Boeing 757-256 con capacidad para 39 pasajeros. De los 25 millones de dólares, 3 millones se pagarán a través de un “plan canje” entregando el aeroplano viejo.
El presidente Alberto Fernández aprobó la compra de un nuevo avión presidencial que reemplazará al Tango 01. El decreto que instrumenta la decisión será publicado en el Boletín Oficial de mañana y la compra de la aeronave es por un total de poco más de 25 millones de dólares, de los cuales 3 de ellos se reducen por la entrega como parte de pago del viejo Tango 01.
De los más de 22 millones en los que quedará el valor de la compra, 12 serán financiados a través de un crédito, a diez años, de la Corporación Andina de Fomento (CAF), que fue conseguido por el Ministerio de Economía.
El Gobierno deberá depositar los US$ 22.230.000 en una cuenta de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI). Luego de la trasferencia se firmará el contrato y el último paso es la inspección pre compra (PPI). Si no hay sorpresas, el avión podría estar disponible para enero.
Desde hace tiempo el Gobierno buscaba una solución a las limitaciones que exhibía el Tango 01, adquirido en la época del gobierno de Carlos Menem. Por esa razón, en los últimos años el Presidente debió recurrir a vuelos chárter de Aerolíneas Argentinas.
Treinta años
Según informan medios porteños, el avión que comprará el Gobierno es un Boeing 757-256 que tiene capacidad para 39 pasajeros. En Casa Rosada se destaca la compra como un “ahorro” porque, señalan, “podrá ser usado por los próximos 30 años, por siete u ocho presidentes distintos”. Al tiempo que resaltan que la aeronave “puede aterrizar en cualquier aeropuerto del mundo así como de la propia Argentina, algo que no todos estaban en condiciones de hacer”.
En Balcarce 50 también admiten que otra de las principales ventajas que ofrece el avión presidencial es la posibilidad de tener conectividad durante todo el vuelo.
En los vuelos chárter el mandatario pasaba largas horas sin tener noticias de lo que pasaba en tierra o viceversa. De hecho el episodio de salud que sufrió Fernández en Bali, Indonesia, a mediados de este mes, y con un primer tramo de vuelo de 16 horas, implicó que durante todas esas horas no se supiera absolutamente nada sobre su salud, ni él tuviera noticias de lo que pasaba en Argentina.
Eso apuró en cierta forma el trámite de compra, afirman, aunque en rigor el proceso de licitación para la aeronave llevaba casi dos años abierto.