Tras 25 años de servicio, el espacio social que elaboraba los conocidos ”chorilentas” cerró debido a la crisis económica.
El hambre impacta día a día en los comedores comunitarios. Durante el mes de julio, se viralizó una ingeniosa protesta santafecina contra a la falta de ayuda estatal: fabricar ”chorilentas”. Se trataba del tan aclamado embutido, pero hecho a base de polenta para reducir costos.
Uno de los comedores que formó parte del reclamo se encontraba ubicado en el espacio social ”Un Sol’, en Granadero Baigorria, y le daba de comer a más de 100 personas por día. Después de más de 6 meses sin recibir ningún tipo de ayuda del gobierno, no bastó con cambiar la calidad de los insumos, sino que tuvo que cerrar luego de 25 años de servicio.
La dura realidad detrás de los chorizos de polenta que sirven en Santa Fe
Walter Vallejos, representante de la organización Luchadores Independientes Organizados, denunció que: “No tuvimos respuesta de Nación, solamente de provincia, que alcanzó para 150 personas. Lo repartimos en dos comedores. Ya cerramos otros merenderos por falta de leche”. “Lamentablemente tenemos que ir cerrando. Nación no nos dijo ni cuándo nos puede mandar las cosas. Decidimos cerrar porque no lo podemos sostener. Los comerciantes que nos ayudaban ya no pueden hacerlo”, añadió.
Cada día son más las personas que necesitan de un plato de comida y los comedores comunitarios no dan abasto. El cierre de ”Un Sol” se suma al de otros tantos espacios que tuvieron que desistir, pese a la fuerte ilusión que les había dado el gobierno en un primer momento.