22 noviembre 2024

Dos argentinos entre los 50 mejores estudiantes del mundo

La organización internacional Chegg.org anunció la lista de finalistas para la edición 2022 del Global Student Prize que premia a los estudiantes cuyos logros impactan en el mundo promoviendo un cambio positivo.

Áxel Cródoba y Nicolás Monzón -ambos de 25 años- fueron seleccionados por Chegg.org e integran la lista de los 50 mejores estudiantes del mundo. Áxel estudia Ciencias Geológicas en la Universidad Nacional del Comahue en Río Negro y Nicolás Ingeniería en Informática en la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), en Bueno Aires.

Cada uno de los 50 finalistas del Global Student Prize ha tenido algún impacto real en el aprendizaje, en la vida de sus compañeros y en la sociedad. Quienes integran esa lista fueron seleccionados entre más de 7.000 postulantes de 150 países.

En 2021, Fundación Varkey se alió con Chegg.org para lanzar el Global Student Prize, un premio hermano del Global Teacher Prize, dotado de un millón de dólares. El objetivo común de ambas organizaciones fue destacar los esfuerzos de estudiantes extraordinarios de todo el mundo y promover a quienes generan impacto transformando nuestro mundo para mejor.

Áxel Córdoba sabía que quería ser científico desde la escuela primaria. Jugaba -aprendía y creaba- con unos tubos de ensayo económicos hechos de potes de perfume, rocas e imanes que tenía en el fondo de su casa. Sus experimentos siguieron y alimentaron su amor por la física, la química y la biología, aunque finalmente, a la hora de elegir una carrera, optó por Geología. Estudia en la Universidad Nacional del Comahue, publicó artículos en publicaciones especializadas en el ámbito nacional e internacional y ha participado en el desarrollo de una nueva tabla periódica de los elementos y sistemas de modelamiento topográfico.

Desde 2020 integra un equipo de investigación sobre tecnologías de Realidad Virtual y Aumentada, recibió un reconocimiento del Senado de la Nación y fue becado por instituciones de gran prestigio como el Massachusetts Institute of Technology (MIT), el Instituto Balseiro, la Comisión Nacional de Energía Atómica, la Fundación Bunge y Born PAE. Desarrolló numerosos proyectos de impacto social, educativo y ambiental. Uno de ellos, Ciencia Cristalina consiste en la laboratorios de física y química con bajo presupuesto para escuelas rurales. Otro de sus proyectos destacados es Hydroplus, un polvo granular puede reducir en un 50% el agua de riego cuando se aplica en las plantas. Los intereses de Áxel no se limitan a las ciencias duras: escribe poemas y cuentos y ha diseñado la bandera de su ciudad, Fernández Oro.

Nicolás Alberto Monzón era un apasionado por las matemáticas.  Recuerda como un detonante de su amor por esta materia un libro que le regaló su abuela a los 9 años. Entonces no lo sabía, pero era un manual de preparación para la universidad. Cree que por eso pudo rendir las materias del secundario con mejores resultados cuando, por cuestiones laborales, no podía cursar. Mientras terminaba la secundaria, tuvo la oportunidad de dar un curso de reparación de computadoras y diseño. Y, con ayuda de un profesor, convenció a sus padres para que lo dejaran estudiar en la universidad. Ese mismo profesor lo presentó al grupo Jóvenes en Acción (JEA) y en ese espacio lo alentaron para que se animara a pedir una beca en UADE, donde estudia ingeniería en Informática. A los dos años de cursada tuvo su primer trabajo profesional, comenzó a estudiar Matemática en UBA y creó una startup de tecnología con amigos. Su vida es ejemplo para los chicos de su barrio: es ejemplo de cómo el estudio y el deseo de ser mejores personas tiene buenos resultados. También impactó en la forma de enseñar de sus profesores universitarios instándolos a adaptar sus temas y hacerlos más comprensible.