Viaja por el país con una Ranchero que funciona con desperdicios: “Alcanza velocidad y autonomía sorprendentes”, dijo Edmundo sobre su novedoso vehículo. “Lo hago con espíritu de servicio”, compartió el viajero.
Edmundo Ramos, es un altagraciense de 66 años, que ha logrado construir un sistema innovador: su vehículo se transporta a base de residuos secos y sin la intervención del petróleo. Ahora, su objetivo fue más allá, y quiso demostrar la efectividad del auto, viajando desde La Quiaca a Santa Cruz.
Auto a basura.
“Estoy seguro que esto puede ser muy útil para la Argentina y para toda la humanidad. Así que es un sacrificio en post de un bien mayor”, cuenta Edmundo a Vía Córdoba. Quien además detalla que el viaje comenzó en noviembre de Córdoba a La Quiaca y tiene como fin el Kilómetro 0, de Santa Cruz.
Un viaje de casi 6 mil kilómetros
Edmundo emprendió viaje, junto a su esposa, combustionando únicamente basura que encontraban en la ruta. Asegura que, en muchas localidades, seguidores de su página lo esperaban con productos para continuar el viaje.
Edmundo junto a Fabiola, en su viaje de casi 6 mil kilómetros. Foto: Gentileza
“Hicimos la ‘ruta de la basura’, todo el camino de La Quiaca- Jujuy- Salta- Cachi, todo por ruta 9, con el objetivo de conseguir residuos. Ya que en el camino La Quiaca- Cachi, no hay producción, por lo tanto, no hay basura y no íbamos a poder avanzar”, precisa el inventor.
Además, su viaje continuó por Catamarca, San Juan, Mendoza, hasta llegar al sur. En un recorrido que supera los 5 mil kilómetros y tiene como destino final la provincia de Santa Cruz.
¿Cómo se moviliza un vehículo sin petróleo?
Edmundo logró generar una nueva forma de hacer andar a su vehículo –tras una década de estudios-, su Ford Ranchera tiene la posibilidad de marchar a nafta, a gas y a “gasura”: un gas producido a base de residuos orgánicos carbonizados.
“El trayecto de La Quiaca hasta el Sur es 100% con residuos orgánicos carbonizados, no tengo que mezclarle petróleo. Lo único que se le agrega es agua, porque el agua se separa en hidrógeno y oxígeno y me da más potencia. Entonces, ‘gasura’ es monóxido de carbono, hidrógeno y oxígeno”, explica Edmundo.
Y precisa: “Cuando le inyecto agua, el motor utiliza el hidrógeno y el monóxido, y devuelve por el caño de escape el oxígeno. Es decir que, mientras yo conduzco le aporto al ambiente un 20% de oxígeno. Mi auto no consume petróleo, no contamina, limpia la basura y contribuye con oxígeno”.
Un viaje largo, pero con un objetivo claro
Con un recorrido de más de 70 horas, Edmundo quiere demostrarle al mundo que este invento mejorará la sustentabilidad y el medio ambiente. Pero en su trayecto por el país, no está solo, y lo acompaña su esposa Fabiola y, en Mendoza, se acopló un ayudante más al viaje, quien “hace más fácil el trabajo”.
El objetivo final de la pareja es llegar a Santa Cruz. Foto: Gentileza
“El viaje es muy largo, está siendo cansador, yo tengo 66 años y el cuerpo mío ya no es el de los 20, pero lo hago con espíritu de servicio. Fabiola es la que más cansada está, ella me sigue y brinda su apoyo, pero es más casera”, cuenta Edmundo.
Sin embargo, tiene firme su convicción: “Estoy seguro que esto puede ser muy útil para la Argentina y para toda la humanidad. Así que lo estoy haciendo con ese sacrificio, en post de un bien mayor”, cerró.
Actualmente, la pareja se encuentra en Chubut.