Policía de la Estación Comunal Pehuajó le salvó la vida a un vecino en un boliche con maniobras de RCP durante media hora.
Policía se es toda la vida. Así lo demostró el conocido efectivo policial de nuestra ciudad, Néstor Fabián Acosta, a cuya determinación y conocimientos, otro vecino le debe la vida.
Ocurrió en la madrugada del pasado domingo 23 y, como suele ocurrir muchas veces, el hecho no tomó la magnitud de trascendencia que seguramente merecía. Quizá porque, desde la fría interpretación general, no fue más que un acto propio del cumplimiento del deber por parte de un policía. La humildad de Acosta hizo el resto como para que todo siguiera como si no hubiera ocurrido nada especial.
Sin embargo, Acosta salvó una vida, porque hallándose franco de servicio en el interior del local bailable Okey, no dudó en intervenir para socorrer a un hombre de 56 años de edad, que se había descompensado y no presentaba signos vitales aparentes. Por tal motivo y mientras se requería asistencia sanitaria, Acosta, quien ostenta la jerarquía de Mayor y pertenece a la dotación de la Estación de Policía Comunal Pehuajó, comenzó con las tareas de reanimación realizando maniobras de R.C.P., durante varios minutos, logrando que el sujeto recuperara signos vitales y pudiera mantenerlos hasta que, finalmente fue trasladado en una ambulancia al hospital local.
Todo pareció quedar al margen de la noticia en un principio, pero con el correr de las horas y los días, la narración del hecho pasó de la transmisión oral a la masificación en redes sociales, logrando que los medios de prensa también nos ocupáramos del particular, obteniéndose mayores detalles.
Así se supo que la persona que vivió al mal trance resultó ser Jorge Luis Ortíz, de la edad ya mencionada, quien quedó internado en el referido nosocomio bajo los cuidados médicos que demandaba su cuadro.
Respecto a Acosta, recibió la felicitación de sus superiores y sus compañeros, junto con el beneplácito de todo pehuajense que valora debidamente acciones como la demostrada por el mencionado policía, quien, más allá de agregar a su legajo personal un hecho meritorio, colgó en su corazón la mejor medalla de todas: la satisfacción del deber cumplido.
Fuente: Noticias Pehuajó.
