“Vino cercano” ya cuenta con 11 bodegas y comercios adheridos, y otros 27 en proceso de verificación. Además, se ha incrementado el interés por proveer los tanques de acero inoxidable.
A casi dos meses del lanzamiento de “Vino cercano”, quienes decidieron ofrecer esta alternativa se muestran sorprendidos gratamente con la respuesta que han tenido, no sólo por parte de los mendocinos sino también de los turistas. Es que el envase retornable de 1,9 a 2,5 litros permite comprar un vino de gama media a un precio más accesible, porque no se paga por la botella ni la etiqueta, y también llevarse un original souvenir a quienes están de visita.
Dana Santos, de la vinoteca Enophilia, un emprendimiento que abrió hace apenas cuatro meses en la esquina de San Lorenzo y Patricias Mendocinas (de Ciudad), contó que se sumaron a esta iniciativa porque les permitía seguir innovando. Es que ya contaban con el servicio por copa y querían implementar uno más, así que consultaron en el INV cuáles eran los requisitos y se inscribieron para vender vino en envases retornables.
“La propuesta fue muy bien recibida por parte del público de todas las edades. Pensábamos que iba a generar más curiosidad en los jóvenes, pero en realidad se acercan de todas las edades”, detalló. En este momento, están ofreciendo cuatro varietales –cabernet franc, malbec, sangiovese y barbera-, elaborados por distintas bodegas, pero tienen planeado ir rotando. Además, el interesado puede degustarlas antes, para decidir cuál lleva.
Dana destacó que el cliente puede llevarse el mismo producto que en una botella, con etiqueta, pero en un growler, con lo que se reducen los costos (se compra la primera vez y luego se rellena). Es decir, accede a un vino de media gama, a un precio más económico. Esta posibilidad también atrajo a los turistas, que se llevan un recuerdo original y, como son argentinos y muchos llegan en su propio auto, no tienen limitaciones con el avión.
Mariana Ibáñez, de Vintap, una empresa que ofrece vino tirado en barril, contó que hasta ahora han tenido muy buen resultado con el envase retornable, sobre todo porque se lanzó antes de las Fiestas de Fin de Año. Ellos venden en forma directa a través del Vintruck, una tienda de vino móvil, en la que preparan coctelería a base de vino, expenden en copa y ahora ofrecen growlers. Así, hay clientes que les preguntan dónde van a estar ubicados, para recargar el botellón.
Pero también proveen los barriles a restaurantes y comercios que quieren ofrecer vino en copa o en estos nuevos envases (que hasta ahora eran típicos de la cerveza). Y si bien lo más común es que los negocios sean vinotecas, Mariana comentó que los contactaron de un lavadero de autos - ubicado en calle Remedios de Escalada, a metros de la Costanera- y les pidieron seis canillas de vino.
Ante la sorpresa, los dueños les dijeron que los clientes que van a lavar el auto, les preguntan de qué se trata y, cuando les explican, se llevan el envase retornable. Aunque pueda resultar una combinación inusual, lo cierto es que, en menos de un mes, ya están reponiendo algunos barriles.
Mariana cuenta que, con su pareja, Juan Pablo, ya tenían un viñedo y una marca de fraccionado, pero, cuando vieron que la venta de “vino suelto” funcionaba muy bien en otras partes del mundo, decidieron incorporar los barriles (en 2018) y la recarga de damajuanas y botellas a domicilio.
En tanto, cuando se lanzó “Vino cercano”, viraron a esta modalidad con distintos varietales, bodegas y gamas, pero sobre todo de media a alta. Si bien tienen clientes adultos, hasta ahora el consumo está concentrado en los jóvenes. También señaló que se pierde un poco de información del contenido por la ausencia de etiqueta, pero se reducen los costos. En cuanto a otras ventajas, indicó que “cabe en la heladera” y que es una opción muy buscada para los asados.
Elías Derrache, de la bodega artesanal De la Tierrita (en Eugenio Bustos, San Carlos), detalló que se inscribieron en el programa hace unos 20 días y, si bien les costó un poco conseguir los envases, ya lanzaron la propuesta a los vecinos. Desde hacía un buen tiempo, acotó, venían solicitando que les permitieran vender un porcentaje de su producción a granel, para generar recursos para comprar los insumos para el fraccionamiento, y entiende que esta iniciativa cumpliría una función similar.
Aunque el costo del botellón es un poco alto, planteó, ya que ronda los $500 a $700, se paga una sola vez y luego se reutiliza, además de que es muy pintoresco. Por otra parte, se reduce entre un 20% y un 30% el costo de los insumos. “El producto es el mismo que embotellamos: un vino agroecológico artesanal, malbec y syrah. Pero con un valor más accesible”, señaló y comentó con entusiasmo que ya tuvieron su primer cliente y están iniciando la difusión.
Otra de las bodegas que decidió sumarse a esta propuesta es La Abeja, de San Rafael. Pablo Asens explicó que consideraron que era una muy buena opción para el turista y el mismo sanrafaelino, por lo que se inscribieron en diciembre, apenas se anunció el programa, y la aceptación ha ido creciendo en el tiempo.
“Mucha gente se lo lleva primero porque es un envase novedoso, pero lo importante es que las personas vuelven para recargar su growler”, expresó. Incluso, los turistas que se han quedado varios días, también van a llevarse su recarga. “Eso nos da la pauta de que, si lo implementan las vinotecas, va a funcionar”, lanzó. Además, Pablo señaló que pueden brindar una experiencia diferente a los visitantes, ya que son ellos mismos –con acompañamiento- quienes llenan el vino que luego van a tomar, lo que les permite sentirse parte del proceso.
Sobre el tipo de vino que eligieron, cuenta que es el mismo que elaboraron para la gama media a alta, pero que no ha tenido paso por barrica de roble (ni chips ni duelas). Y acotó que con esta modalidad no están priorizando la rentabilidad, sino fomentar lo novedoso de la propuesta, que “acerca el vino a la gente o la gente al vino”.
El presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura, Martín Hinojosa, destacó que el programa es muy innovador, que pone al sector en igualdad de condiciones con la cerveza, porque permite tener patios de vino y acercarse más a los jóvenes. Desde el lanzamiento a la fecha, ha habido más de 1.600 consultas por “Vino cercano” y ya cuenta con 11 inscriptos, que pasaron por el proceso de verificación y aprobación: 10 de Mendoza -entre ellos una tienda de regionales ubicada en Uspallata- y 1 de San Juan. Además, hay 27 solicitudes de adhesión, en proceso de verificación y aprobación, y 7 interesados en ser proveedores de vino en barriles de acero inoxidable, que están iniciando el proceso de inscripción.