Sobre 167 países, aparece en la posición 57. Rankea bien en libertad individual, derechos y tolerancia social, pero muy mal en capacidad de la economía para generar riqueza.
Con un puntaje general de 61,16 en una escala de 0 a 100, la Argentina ocupó la posición 57 del índice de Prosperidad 2021 que desde 2007 elabora cada año el Instituto Legatum, suerte de Think Tank o usina de ideas financiada por Legatum Limited, un fondo de inversión privada con sede en Londres.
“Legatum” es una voz latina de la que derivan, en español, términos como legado (o herencia) y delegado, precisamente uno de los temas controvertidos con que arranca 2022, debido al Consenso Fiscal firmado el lunes pasado por el Gobierno nacional con 23 provincias, alentándolas a gravar la herencia, como hace desde 2011 la provincia de Buenos Aires, lo que ha disparado las consultas de particulares para anticiparse a eventuales nuevas leyes provinciales.
Las cinco naciones más “prósperas” del mundo en 2021 fueron Dinamarca, Noruega, Suecia, Finlandia y Suiza. Esto es, 4 de los 5 primeros lugares del ranking fueron ocupados por países escandinavos. En las posiciones sexta a décima siguen Holanda, Luxemburgo, Nueva Zelanda, Alemania e Islandia.
Al fondo del ranking y del índice, como los países menos prósperos o más sufrientes aparecen (de abajo para arriba) Sudán del Sur, República Centroafricana, Yemen, Chad y Afganistán.
La Argentina aparece al fondo del primer tercio del ranking, en el lugar 57, pero con bastante variabilidad según el “pilar” que se mida. Está muy bien posicionada en “Libertad personal” (26 en el mundo) y algo menos en Salud (42 en el ranking) pero muy mal en “Calidad económica”, donde aparece en la posición 146, es decir en el quinto inferior de la tabla, y en “Condiciones para emprender”, donde rankea en el puesto 117, en el tercio inferior. El país también ocupa posiciones bajas en el pilar de “Capital social” (97), y mejores en “Educación” (52) y “Gobernanza” (54).
La Argentina está muy bien posicionada en “Libertad personal” y algo menos en Salud , pero muy mal en “Calidad económica” y en “Condiciones para emprender”
En América Latina, el país mejor rankeado en la tabla general es Uruguay (puesto 37), seguido de inmediato por Chile (38) y Costa Rica (39), Los países menos prósperos o más desgraciados son Haití y Venezuela.
Cuestiones culturales
La comparación entre la evaluación y la posición general de algunos países ricos y algunos “pilares” particulares permite observar, por caso, el contraste entre la posición en el ranking general de países asiáticos como Japón y Corea del Sur, o musulmanes, como Emiratos Árabes y Qatar, con sus puntajes y posiciones en los “pilares” de capital social y libertad personal,
Al igual que en 2019 y 2020, la edición 2021 del índice abarcó 167 países que comprenden el 99,4% de la población mundial y fueron evaluados mediante 300 indicadores, más de 45.000 puntos de captura de datos y una gran variedad de fuentes, desde la Organización Mundial de la Salud, la Unesco, Unicef, la OCDE, el Banco Mundial, el FMI, la Encuesta Mundial de Valores, el Centro de Investigación Pew, Amnistía Internacional, el índice de Salud de los Océanos y la Organización Internacional de Propiedad Intelectual, entre otros.
Pilares de la prosperidad
La información se organiza en tres planos: Inclusividad, Apertura económica y Empoderamiento de los individuos, evaluados a su vez mediante los 12 “pilares” de la prosperidad, a saber.
-Seguridad: Grado que guerras, conflictos civiles y crímenes desestabilizan la seguridad de las personas, individualmente y de manera inmediata o a través de efectos de más largo plazo.
-Libertad Personal: Evalúa la situación y el progreso en términos de derechos básicos, libertades inviduales y tolerancia social (de género, raza, religiosa, etc).
-Gobernanza: Calidad institucional, pesos y contrapesos y eficacia y grado de limpieza o corrupción del gobierno.
-Capital Social: Fortaleza y grado de confianza en las relaciones sociales y personales, aceptación de las normas y grado de participación cívica.
-Ambiente de inversión: Interroga hasta qué punto están las inversiones adecuadamente protegidas y son accesibles
-Condiciones para emprender: Establece hasta qué punto las regulaciones existentes favorecen o dificultan la posibilidad de iniciar y expandir una actividad comercial.
-Infraestructura y acceso al mercado: Mide la calidad de la infrastructura para hacer negocios y hasta qué punto están o no distorsionados los mercados de bienes y servicios.
-Calidad económica: En qué medida una economía está equipada y preparada para generar riqueza e involucrar a la fuerza de trabajo disponible.
-Condiciones de vida: Hasta qué punto una “razonable calidad de vida” está al alcance de la población: recursos materiales, vivienda, servicios básicos y conectividad.
-Salud: En qué medida la población goza de buena salud y puede acceder a los servicios necesarios para mantenerla. Incluye indicadores sanitarios, factores de riesgo, tasas de mortalidad, etc.
-Educación: Matrícula educativa, resultados y calidad de la educación en cuatro niveles: preprimaria, primaria, segundaria y terciaria. Y habilidades de la población adulta.
-Medio ambiente: Busca mensurar aspecto del ambiente que impactan directamente en vida diaria de las personas y los cambios que pueden afectar la prosperidad de futuras generaciones.
A nivel general, el sumario ejecutivo del informe señala que después de un período de mejora general de la prosperidad entre 2015 y 2019, en los últimos dos años se dio un estancamiento, una especie de planicie, causada en parte por las consecuencias sanitarias y económicas de la pandemia de Covid-19, pero también –dice- “por la preocupante erosión de muchas de las condiciones básicas en que se basa prosperidad”. En particular, señala un debilitamiento de la “rendición de cuentas”, de la “libertad de expresión” y de la “libertad de reunión” en la mayoría de las regiones del mundo.
El informe también precisa que el país que en el último año más lugares escaló en cuanto a “prosperidad” es Ucrania, ahora asediada por la Rusia de Vladimir Putin, y el que más se deterioró es El Líbano. De igual modo, nota, el país que más posiciones escaló en los últimos diez años es Costa de Marfil, en tanto Siria es el que más posiciones perdió. (InfoBae)