El ministro de Educación trasladó a las propias casas de estudios, en coordinación con los Gobiernos provinciales, la decisión sobre cómo realizar las clases de ese nivel.
El Gobierno eliminó el distanciamiento de 1,5 metros que era obligatorio en las aulas universitarias y, de ese modo, autorizó el retorno a la presencialidad plena en el nivel. A partir de ahora, serán las propias casas de estudios, en coordinación con las jurisdicciones, las que definirán los pasos a seguir, ya sin las limitaciones de los protocolos que estaban vigentes.
Se trata de una resolución firmada por el ministro de Educación Jaime Perczyk, que derogó una norma vigente desde el 8 de agosto de 2020 y trasladó a las propias universidades, en coordinación con los Gobiernos provinciales, la decisión sobre cómo realizar las clases universitarias.
“Establecer que la efectiva reanudación de las actividades académicas presenciales en Universidades e Institutos Universitarios será decidida por las autoridades provinciales y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, según corresponda, quienes podrán suspender las actividades y reanudarlas conforme a la evolución de la situación epidemiológica”, explicó la resolución.
La medida fue bien recibida por el sistema universitario. De hecho, había sido uno de los compromisos que Perczyk había asumido la semana pasada en una reunión con el presidente del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), Rodolfo Tecchi, y el presidente del Consejo de Rectores de Universidades Privadas (CRUP), Rodolfo De Vincenzi.
En este sentido, el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, reveló este jueves que luego de la decisión del Gobierno nacional se encuentran “trabajando intensamente” con los rectores para respetar el compromiso de poner “todo el foco para recuperar la presencialidad lo más rápido y plena posible”.
“Nosotros como Ministerio de Salud nos pusimos a disposición de los decanos y lo que esperamos es que los alumnos tengan la oportunidad de recomponer su formato de aprendizaje adecuado, en algunas situaciones eso significará mantener modelos híbridos, a distancia con metodologías pedagógicas adecuadas”, explicó Quirós.
Uno de los puntos especiales es de la Universidad de Buenos Aires (UBA), por su masividad, que proyecta seguir avanzando en la asistencia en algunos cursos y, en especial, que los exámenes finales en el CBC se desarrollen presencialmente en los establecimientos.
Si bien las universidades avanzaron en el último tiempo, son por amplio margen el nivel educativo más rezagado en la reapertura. En la mayoría de los casos, tan solo la presencialidad está habilitada para las materias prácticas, que requieren la manipulación de objetos o la presencia en laboratorios, mientras que las teóricas se siguen dando en modalidad a distancia.
Además, unos de los argumentos válidos es que es muy complejo para los estudiantes del interior tener que ir a Buenos Aires o La Plata, por ejemplo, por dos o tres meses. De hecho, muchos de los jóvenes han dejado de alquilar sus viviendas estudiantiles desde el año pasado, cuando empezó la pandemia.