Sólo el 14% de la población cuenta con el esquema completa de vacunación para hacer frente a esta situación.
La mayoría de los estudios demuestran la peligrosidad de la cepa Delta, y, al mismo tiempo, destacan la importancia del esquema completo de inmunización para hacerle frente. Las vacunas que se utilizan en Argentina dan respuesta a esta variante, con algún porcentaje menor de eficacia. No obstante, los análisis están basados, generalmente, en personas con dos dosis. En Argentina, sólo el 14% de la población se encuentra inoculado con ambas ampollas (7 millones de personas). De este modo, crecen las alarmas.
El foco central del problema está ubicado en la faltante del segundo componente de la Sputnik V, y se estipula que alrededor de 3 millones de argentinos tienen el esquema de vacunación vencido (han pasado más de 90 días desde que recibieron la primera dosis del laboratorio ruso).
Además, la lentitud en las aplicaciones de todas las vacunas -principalmente de las segundas dosis- ha hecho que la llegada de la variante Delta genere un mayor temor.
En este conteto, hay quienes avizoran un nuevo rebrote de contagios y el retorno de algunas restricciones. El Gobierno continúa corriendo desde atrás al problema y, a pesar de haber logrado un buen stock de vacunas, y dejado en el pasado las múltiples irregularidades en el proceso, no logra dar respuestas urgentes y satisfactorios en un contexto tan complejo.