La COOTTAJ celebró ayer su asamblea general extraordinaria en la que se determinó el traspaso de los talleres y el capital humano al Estado nacional después de casi 30 años de trabajo, gestiones, sinsabores e incertidumbres.
La asamblea tuvo lugar en la propia cooperativa, donde estuvieron presentes cooperativistas, dirigentes políticos, legisladores locales y provinciales, allegados locales al Ministerio de Transporte y representantes de la empresa Capital Humano Desarrollo Ferroviario, la organización estatal que se hará cargo de ahora en delante de regir los nuevos destinos y de 50 trabajadores que pasarán a formar parte del Estado nacional.
Previo a la firma del acta ante escribano público se recordó al ex ministro Mario Meoni con un minuto de silencio y se propuso que el taller lleve su nombre.
“Un paso fundamental”
Visiblemente emocionado, y conforme con lo alcanzado, Pedro Rodríguez, referente máximo de la COOTTAJ, dialogó con Grupo La Verdad y contó sensaciones en un día tan particular para él y para tantos otros trabajadores del ferrocarril de Junín.
“Hace bastante tiempo esto nos parecía prácticamente imposible. Hemos sufrido casi durante 27 años dentro de este predio ferroviario, tan querido para los juninenses. Hemos intentado defender el trabajo ferroviario, y la decisión de Mario Meoni fue fundamental al igual de la gente que trabajó con él. Después de la pérdida física de ‘Marito’ se pudo seguir con esto, hoy la cooperativa está dando el paso fundamental, la autorización al Consejo de Administración para traspasar al Estado nacional los talleres a través de la empresa Capital Humano Desarrollo Ferroviario”, dijo Rodríguez.
“Personalmente siento una gran alegría, esta es la frutilla del postre después de tanto tiempo de trabajo. Se labró el acta por la escribana, las tratativas siguen en el Ministerio, donde Mario ya dejó todo encaminado. Es necesario el aval de la asamblea extraordinaria para concretar el traspaso. A corto plazo esto se concreta, después de tanto pelear. Necesitábamos una decisión política y esa decisión política se tomó”, agregó el dirigente.
“Todo el material y el capital humano pasa a manos del Estado. Esto traerá aparejado ‘aggiornamiento’, más y mejor maquinaria, más posibilidades de trabajo, capacitaciones. Si bien no vamos a volver a tener un taller como el que tuvimos en su momento, hoy vamos a tener el puntapié inicial de un taller moderno, en manos de gente joven con posibilidades de seguir creciendo”, remarcó.
“Me da mucha alegría, llegamos al final que tanto queríamos. Estuvimos mucho luchando, ahora si hace falta daré una mano y si no me iré a mi casa. Ya hice bastante, me pelee bastante por este taller. Acá yo aprendí de un montón de gente, con la que trabajé y supe ser solidario. Gente que realmente vivió y quiso tanto este trabajo como pocos”, sostuvo asimismo.
“Momento histórico”
En tanto, Pablo Badaracco, gerente general de la empresa Capital Humano Desarrollo Ferroviario, manifestó su satisfacción por haber llegado ayer hasta nuestra ciudad y declaró que “este es un momento histórico no solo para la cooperativa sino también para Junín, es un anhelo de Mario Meoni que se pudo concretar. Hoy acompañamos a todos acá y ya estamos trabajando para avanzar con este sueño de Mario”.
El 3 de enero de 1994 nacía la Cooperativa de Trabajo Talleres Junín (COOTTAJ), cuando un grupo de obreros ferroviarios resistió fuertemente el cierre de los Talleres locales y decidió seguir trabajando.
Rodríguez fue electo presidente en 1999, y hasta ayer siguió a cargo de la única cooperativa que continuaba funcionando, de las cuatro que se habían formado en el país. Pasaron casi 30 años del surgimiento de ese proyecto.
A lo largo de todo este tiempo se golpearon puertas a varios gobiernos y el actual, gracias a las gestiones de Meoni logró que las mismas llegaran a buen puerto.