12 octubre 2024

Astenia: ¿Por qué te sentís más cansado en primavera?


Existe una afección conocida como astenia primaveral, que se traduce en una mayor fatiga y somnolencia. Los especialistas ofrecen algunas claves para combatirla.

Sábado, 3 de octubre de 2020.

Con nueve meses ya transcurridos en el año, son muchos los que sienten los músculos más tensos y una suerte de agotamiento que nos les permite realizar las tareas más cotidianas. Aunque algunos lo tribuyan al estrés por el escenario actual y la falta de vacaciones, lo cierto es que la primavera y sus factores climáticos podrían explicar parte del fenómeno. Se llama astenia de primavera y es más corriente de lo que parece.

Las temperaturas agradables suelen llegar acompañadas con un dejo de fatiga. Es decir, sensación de cansancio extremo, agotamiento o debilidad que puede hacer que las tareas cotidianas se tornen más difíciles. Los sitios especializados informan que, en este proceso, el cuerpo aumenta la necesidad de determinadas vitaminas y minerales, como de vitaminas B, C y E y oligoelementos el Cu, Mn, Zn y Se, que se consumen en mayor cantidad.

A la fatiga se suman otros síntomas que llegan en primavera. ¿Cuáles son? La falta de energía, la somnolencia durante el día, cansancio, alteraciones en los ciclos de sueño y vigilia, irritabilidad, dolores de cabeza y falta de concentración.

Si bien estos síntomas pueden relacionarse a distintos factores, suelen preponderar aún más al comienzo de la primavera. Gran parte de la población comienza a sentir fatiga y dificultades para dormir cuando las temperaturas mejoran, en una afección conocida como astenia de primavera.

Los especialistas explican que los propios factores climáticas causas el fenómeno. Con más horas de luz diurna, los ciclos de sueño se alteran y son muchos los que se duermen más tarde o despiertan más temprano, gracias a la intensidad de la luz que se filtra por las ventanas. Así, no obtienen el descanso suficiente, lo que se trae consecuencias para el organismo.

Por lo general, los dolores de cabeza, la somnolencia y la falta de motivación se mantienen al inicio de la primavera. Luego, y a medida que el cuerpo se adapta al cambio de estación, los síntomas desaparecen y la persona acomoda sus ciclos de sueño. Sin embargo, existe una serie de recomendaciones para mitigar las consecuencias de esta falencia en el descanso.

Las astenia se da por un aumento en el cuerpo de la necesidad de determinadas vitaminas y minerales, como de vitaminas B, C y E y oligoelementos el Cu, Mn, Zn y Se, que se consumen en mayor cantidad.

Las astenia se da por un aumento en el cuerpo de la necesidad de determinadas vitaminas y minerales, como de vitaminas B, C y E y oligoelementos el Cu, Mn, Zn y Se, que se consumen en mayor cantidad.

La alimentación es una herramienta clave para combatir la astenia. Si bien comer de forma adecuada es importante a lo largo de todo el año, se recomienda reforzar la ingesta de vitaminas y minerales para evitar la fatiga. Las frutas y los vegetales son una importante fuente de estos nutrientes.

Establecer rutinas de sueño también es una buena táctica para reducir la somnolencia. Si bien los días más largos alientan a muchos a estirar el momento para irse a la cama, es aconsejable respetar los horarios del reloj de acuerdo a las obligaciones del día siguiente. Así, es importante buscar el momento para dormir al menos 8 horas corridas durante la noche. Los que no puedan hacerlo, podrán compensar algunas horas de sueño durante el fin de semana, aunque no es la práctica más aconsejable.

Por último, la práctica habitual de deporte o ejercicio también es recomendada para reducir la fatiga. La actividad física favorece la conciliación del sueño y, por lo tanto, permite que el cuerpo descanse mejor. Así, brinda más energía y reduce la irritabilidad, que suele ser otro de los síntomas de la astenia. Si bien su práctica es aconsejable durante todo el año, es importante no suspenderla en primavera.