Investigadores de la Universidad Nacional de Mar del Plata diseñaron un medidor de glucemia que no precisa pinchar el dedo.
Lunes, 9 de diciembre de 2019.
Cuando hablamos de diabetes, inmediatamente asociamos a pinchazos: esta enfermedad requiere controles de sangre varias veces al día, y muchas veces inyecciones para regular el nivel de glucemia.
Más allá de los riesgos y complicaciones que puede presentar esta enfermedad, el tratamiento de esta afección ya de por sí es bastante invasivo.
Por eso es importante este gran avance de un grupo de investigadores de la Universidad de Mar del Plata, que diseñaron un sistema para analizar el nivel de glucemia sin necesidad de pincharse el dedo.
Hasta ahora, el método era colocar una gotita de sangre en una tira reactiva, para lo cual había que pinchar la yema del dedo. Si bien ya había maneras de hacer el test sin pinchar, los resultados no eran muy exactos, y demostraba unos 15 minutos en brindar el resultado.
Con este nuevo dispositivo, el paciente coloca la mano sobre una aparato similar a un mouse, pero un poco más grande, que emite diversas radiofrecuencias y recupera la información de uno de los dedos, por lo general el índice, y procesa el resultado. Según cómo “rebotan” esas ondas de radio, se determina el nivel de glucosa en sangre.
GlucoAr no solo evita el pinchazo: también supera a los medidores semi-invasivos que miden la glucosa a partir del líquido intersticial de la piel, porque es más preciso y rápido.
“El proyecto surgió hace unos años, cuando a un compañero le diagnosticaron diabetes y quería hacerse un buen monitoreo para controlar la glucemia y adecuar la dieta”, cuenta el ingeniero electrónico Alejandro Uriz, líder del equipo junto a su colega Ramiro Álvarez Ribas.
Investigó para saber si había un medidor que le evitara tener que pincharse tantas veces y encontró una tesis de maestría sobre un glucómetro no invasivo. Así fue como él mismo comenzó a trabajar en el desarrollo y después nos fuimos sumando varios más”, explica.
“Tenemos el prototipo fabricado y dos solicitudes de patentes presentadas, una a nivel local y otra en el exterior. Terminamos la primera etapa de pruebas con resultados favorables, pero en este tipo de productos son necesarias al menos tres etapas de pruebas clínicas. Ahora estamos por comenzar la segunda etapa, de carácter ambulatorio”, dijo Uriz.
Con este diseño, ganaron el primer premio del concurso nacional IB50K, un certamen organizado por el Instituto Balseiro: “El premio del Instituto Balseiro es muy prestigioso y una gran vidriera que nos abrió una red de contactos. Vamos a usar el dinero para las pruebas clínicas, la protección intelectual de la tecnología y para trabajar en la certificación”, explicó Uriz.
Fuente: La Nación