22 noviembre 2024

ES EL DÍA MUNDIAL CONTRA LA TRATA DE PERSONAS



Martes  30 de julio de 2018.

La Asamblea General de las Naciones Unidas decidió designar el 30 de julio Día Mundial contra la Trata de Personas desde 2013.

En 2013, la Asamblea General sostuvo una reunión para evaluar el Plan de Acción Mundial. Los Estados miembros adoptaron la resolución A/RES/68/192 y designaron el 30 de julio como el Día Mundial contra la Trata. En la resolución, se señala que el día es necesario para "concientizar sobre la situación de las víctimas del tráfico humano y para promocionar y proteger sus derechos".
La trata de personas es un delito que explota a mujeres, niños y hombres con numerosos propósitos, incluídos el trabajo forzoso y el sexo. La Organización Internacional del Trabajo calcula que casi 21 millones de personas en el mundo son víctimas del trabajo forzoso. En esa cifra se incluye también a las víctimas de trata para la explotación laboral y sexual. Si bien se desconoce cuántas de estas fueron objeto de trata, la cifra implica que en la actualidad hay millones de víctimas en el mundo. Todos los países están afectados por la trata, ya sea como país de origen, tránsito o destino de las víctimas. La esclavitud, tanto en su forma moderna como en la antigua, no es solo una vergüenza, sino que es "la execrable suma de todas las villanías", como la definió el abolicionista John Wesley, y no tiene cabida en nuestro mundo.

Aproximadamente un 30 por ciento de las víctimas de la trata son niños, y un 70 por ciento son mujeres y niñas. Estos son los datos publicados el Informe Mundial sobre la Trata de Personas elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.

La trata y el tráfico no solo someten el cuerpo. La cárcel se queda adentro; se llama amenazas, violencia, convencer a la víctima de que no tiene retorno. Que de la trata no se vuelve. Que ha muerto su identidad, no la del DNI sino la más profunda, la conciencia de ser uno mismo. La trata es una "mortífaga" que fagocita nuestra definición misma de humanidad: "No sos nadie, no valés nada, no hay salida".

Pero sí la hay. En la medida en que cada uno de nosotros entienda que tiene/tenemos el compromiso de requerir a las autoridades el cumplimiento de las leyes anti-trata, la construcción de refugios de seguridad para las víctimas que se atrevan a denunciar; que tenemos el imperativo ético de hablar, de actuar, de poner a los migrantes, a las víctimas en nuestros temas de conversación. Y a los jóvenes, las niñas, los niños, los adolescentes, atentos con ojo avizor.